Takeda ya produce y comercializa un tratamiento biológico para esta enfermedad (Entyvio), que se enmarca dentro de las terapias con anti-integrinas que dan más garantías de seguridad en su uso, sobre todo para pacientes o muy jóvenes o de avanzada edad.
Para muchos pacientes, las terapias biológicas son los únicos tratamientos posibles y Bruselas temía que la operación de compra, notificada el pasado 28 de septiembre, implicara una "pérdida de innovación y una menor competencia potencial en el futuro".
Para superar las dudas del Ejecutivo comunitario, Takeda ha ofrecido ceder los derechos de desarrollo, fabricación y comercialización del producto de Shire a un comprador dispuesto a poner en circulación el nuevo medicamento.
Con ello, la Comisión cree que se resuelven totalmente los solapamientos entre las actividades de los dos laboratorios en los mercados en los que hubiera planteado problemas de competencia.
Con las nuevas condiciones de la operación, Bruselas cree que no habrá un impacto negativo en el espacio económico europeo y da su luz verde, condicionada al "respeto total de los compromisos asumidos".