La multinacional germana ha precisado que pretende lograr la aprobación a su plan de separación por parte de la junta general de enero de 2020, con el objetivo de presentar la documentación sobre el 'spin-off' en el cuarto trimestre de 2019, para lo que las dos futuras empresas deberían operar separadamente en gran medida para octubre de 2019, siendo nombrados dos equipos gestores en la primavera del próximo año.
En este sentido, la alemana ha advertido de que el establecimiento de las estructuras necesarias para llevar a cabo la separación del grupo tendrá un impacto notable en su beneficio neto del ejercicio fiscal 2018/19, señalando que "los cálculos provisionales apuntan a unos costes en la parte alta del rango de los tres dígitos".
Según avanzó el pasado mes de septiembre, la firma propone dividir los bienes de equipo (ascensores, partes de vehículos y soluciones industriales) del negocio de los materiales (servicios de materiales, acero, rodamientos, forja y sistemas marítimos).
La separación de ambas compañías implicará que los accionistas verán duplicados sus títulos: uno de Thyssenkrupp Materials y otro de Thyssenkrupp Industrials. Los accionistas seguirán siendo dueños del 100% de la primera, mientras que solo poseerán una parte de la segunda. La parte del capital social restante será propiedad de Thyssenkrupp Materials.
Al cierre de su ejercicio fiscal 2017/18, Thyssenkrupp redujo un 3,5% su cartera de pedidos, hasta 42.754 millones de euros, mientras que sus ventas netas sumaron 34.777 millones de euros, un 2,3% más.
"El pasado ejercicio fiscal fue difícil y turbulento para Thyssenkrupp", declaró Guido Kerkhoff, consejero delegado de la compañía, destacando el "total compromiso" para cumplir los objetivos marcados con el fin de mejorar el desempeño de la empresa.