Por Foo Yun Chee y Robin Emmott
BRUSELAS (Reuters) - Las aerolíneas suelen vender alrededor del 70% de sus billetes a través de terceros como agentes de viajes, pero tienen una relación tensa con las centrales de reservas, que utilizan sus redes de software para la venta a consumidores de productos como billetes de avión o habitaciones de hotel.
Estas empresas generalmente se llevan márgenes de beneficio mucho más elevados que las aerolíneas cuyos billetes ayudan a distribuir.
Algunos intentos anteriores de las aerolíneas encaminados a evitar estos servicios y dirigir a los viajeros a sus sistemas de reservas terminaron con la pérdida de clientes.
La Comisión Europea abrió una investigación a las dos compañías el viernes, asegurando que las prácticas de Amadeus y Sabre podrían infringir la normativa de competencia comunitaria y redundar en precios más altos para los consumidores. Esta decisión pasa factura en bolsa a Amadeus, que este viernes ha llegado a ceder más de un 4%. Al cierre, el castigo se ha quedado en el 1,54% hasta los 62,52 euros por título. En la semana, con pleno bajista, se ha dejado un 6,88%.
"Nos preocupa que tales restricciones puedan crear barreras para la innovación y elevar los costes de distribución de los billetes, algo que en última instancia elevará los precios de los billetes para los viajeros", dijo la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en un comunicado. Vestager puede imponer multas de hasta el 10 por ciento de la facturación global de una empresa por incumplir las normas de la UE.
Amadeus no hizo comentarios de forma inmediata, mientras que Sabre no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Hace tres años, Lufthansa, la aerolínea más grande de Europa, sacudió la industria al cobrar una tarifa por los billetes reservados a través de terceros en un intento de tener más control sobre sus precios e impulsar los ingresos. Las aerolíneas British Airways e Iberia, del hólding IAG, siguieron su ejemplo el año pasado.