Dia no lo tiene fácil para remontar. Ni por ella misma, ni por el papel que están jugando sus competidores. Por eso, los cambios que se hagan en su equipo directivo y las decisiones que tomen en la cúpula en las próximas semanas van a ser determinantes.
Así lo cree la agencia de calificación Moody's, que este jueves volvía a rebajar por segunda vez en casi un mes y medio el rating de Dia. Concretamente, tres escalones dentro de la categoría de bono basura, con perspectiva negativa.
Moody's considera que la calidad crediticia de Dia se ha "deteriorado fuertemente", reflejando unas circunstancias que pesarán en sus ganancias y liquidez, que se contraerán en los próximos doce meses debido a la disminución de cuotas de mercado en Iberia (España y Portugal) y los efectos adversos del tipo de cambio.
Así, para la agencia de calificación, la liquidez de la cadena de supermercados podría estar bajo una "presión significativa" si no encuentra nuevas fuentes de financiación, al tiempo que resalta que el proceso de negociación con los bancos "sigue siendo incierto".
No es este el único problema de Dia. Tiene dos más con nombre propio: Mercadona y Lidl.
La inversión que ella no puede hacer
Es cierto que Dia ha realizado movimientos importantes durante los últimos meses, pero, de momento, no están dando resultado. Después de lanzar un profit warning a mediados de octubre -cuando rebajó su previsión de crecimiento y suspendió el dividendo-, la cadena dejó fuera su director financiero y comenzó a realizar cambios en su estructura organizativa.
Dos semanas después, dio a conocer sus resultados "a medias" (por estar en marcha un test de deterioro), anunciaba la puesta a la venta de las tiendas Clarel y trazaba las líneas maestras de su nuevo -y esperado- plan estratégico.
Es en esto último en lo que los inversores tienen puesta la esperanza. Este jueves, Moody's señalaba que Dia trata de estabilizar sus cuotas de mercado y ganancias. En este sentido, plan estratégico mediante, la cadena de supermercados revisará su oferta de productos, reforzará su marca, cambiará sus precios, modificará sus acuerdos de franquicia y reducirá costes, entre otras cosas. Un plan que podría verse alterado por el papel que están jugando Mercadona y Lidl, las únicas cadenas que ganan clientes en España.
En este plan, la cadena dirigida por Antonio Coto asegura que reducirá los gastos de capital (capex) en 2019, algo que, junto con la cancelación del dividendo, debería respaldar la generación de flujo efectivo. No obstante, Moody's explica aquí que Mercadona y Lidl podrían truncar sus planes. Así, las cadenas mencionadas están "invirtiendo con fuerza", por lo que para la agencia es probable que Dia "esté bajo presión para aumentar el gasto de capital" en los años siguientes.
"Tanto Mercadona como Lidl han hecho importantes inversiones en sus tiendas, no solo en aperturas sino en renovación de locales", explicaba a este periódico Florencio García, Retail Sector Director Iberia de Kantar Worldpanel. "Cambiar las operaciones tomará tiempo y dependerá de la compañía", asume la agencia, por lo que la clave residirá en el equipo directivo de la cadena. Algo que, por su parte, también conlleva riesgo: "Cambios significativos en la administración se suman a los riesgos de ejecución asociados con el plan de transformación", reseña Moody's.
Con una competencia alta y fuerte, y con la posibilidad de que pueda "aumentar aún más" en el mercado español, Dia tendrá que ser capaz de encontrar nuevas fuentes de financiación que le garanticen la liquidez suficiente.
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