Parece un supermercado, pero también otras muchas cosas. Sánchez Romero no es un lugar donde hacer la compra semanal al uso; tampoco quiere serlo. De hecho, a la cadena no le importa ser diferente. Le duele un poco más ser señalada como el supermercado más caro de España año tras año por la OCU, pero los datos avalan a la organización de consumidores.
Y es que Sánchez Romero, fundada en los años 50, no vende marca blanca, pero tampoco tiene entre sus lineales productos con precios bajos. Con 10 locales abiertos, todos ubicados en zonas premium de Madrid, presume de que una de sus fortalezas es contar con un amplio surtido "de calidad", con productos y marcas "no usuales".
No obstante, no es el surtido lo único que diferencia a la cadena del resto de competidores. Sánchez Romero ofrece varios servicios pensados para clientes del más alto nivel. Desde aparcacoches hasta personal shopper, con quien se puede concertar cita en las propias tiendas. Y eso por no hablar de las clases de cocina (show cooking), el servicio de chef a domicilio, o la zona VIP dentro de los supermercados en la que se pueden degustar productos de la tienda. Todo un despliegue pensado para quienes no cruzan la puerta del supermercado pensando en la palabra "ahorro".
"Nuestro plan de crecimiento pasa por abrir entre cuatro y seis tiendas más", cuenta a este periódico Enric Ezquerra, presidente ejecutivo de la compañía. Ezquerra, que forma parte del grupo de inversores privados que se hizo con la cadena hace año y medio, pretende seguir con el legado de los fundadores, pero reforzar la digitalización y quitarse de encima la etiqueta de "marca anticuada": "Muchos clientes de toda la vida ya son senior plus", explica.
Para eso, inversión
Unos planes que, por supuesto, necesitan una inversión potente. Entre los objetivos de Ezquerra está destinar cerca de 10 millones de euros no solo a las nuevas aperturas, sino a transformación digital y comunicación de marca.
Hasta ahora, y desde que la cadena ha cambiado de manos, Sánchez Romero ha abierto su décimo local y ha reformado otros dos. "Nuestro plan es seguir expandiéndonos por Madrid", cuenta el presidente, que no descarta "a medio plazo" salir de la única comunidad en la que operan. Ezquerra argumenta que las ubicaciones en las que Sánchez Romero busca instalarse, las zonas premium, son "muy limitadas": "No es una limitación económica", asegura.
De momento, el equipo que dirige la cadena está contento con los resultados. Según sus cuentas remitidas al Registro Mercantil a las que ha tenido acceso este periódico, el pasado ejercicio facturó 35,8 millones de euros y obtuvo un beneficio de 1,8 millones. Para el presente ejercicio, prevé "seguir creciendo a un ritmo constante", llegando a ingresar por ventas 38 millones.
"Queremos pasar de ser experiencia de compra a ser experiencia Sánchez Romero", reflexiona Ezquerra, que no limita el tiempo en el que tendrá que tirar de chequera: "Dependerá del impulso que podamos darle a las aperturas", explica. El plan, sobre el papel, está claro.