La Comisión Europea ha dado este lunes su visto bueno a la compra de la firma israelí de refrescos caseros SodaStream por el gigante estadounidense de los refrescos y aperitivos PepsiCo, tras concluir que la operación no tendrá un impacto negativo en el espacio económico europeo ni en una parte sustancial del mismo.
El Ejecutivo comunitario considera que la transacción no plantea problemas de competencia porque los solapamientos o vínculos entre las actividades de las dos compañías implicadas son "limitados o nulos".
El expediente ha sido examinado por la Comisión Europea bajo el procedimiento simplificado que se aplica a los casos menos problemáticos.