La entidad inició hace unos años una estrategia para reducir al máximo sus emisiones contaminantes y compensar la emanación de aquellos gases de efecto invernadero indispensables para el desarrollo de su actividad diaria.
Así, en los últimos años CaixaBank ha reducido en un 69 % sus emisiones a través de la compra de energía de origen renovable, la disminución del consumo energético y el descenso en el consumo de papel.
Por su parte, las emisiones generadas como consecuencia de su actividad, un total de 34.778 toneladas de CO2, se han compensado a través de dos proyectos: la instalación de 30 aerogeneradores en un parque eólico de la región de Tamil Nadu, en India, y la reforestación de una zona incendiada en Montserrat, que tiene una extensión de 11 hectáreas y donde se han plantado 4.500 árboles.
"CaixaBank ha hecho de la lucha contra el cambio climático un pilar básico de su plan de banca socialmente responsable", afirma en un comunicado el consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar, quien destaca que el logro de este objetivo refleja un compromiso que "va más allá de las obligaciones legales y se concreta en un sistema de gestión medioambiental que integra toda la actividad de negocio". EFECOM
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