El programa de bajas forma parte del plan de Verizon de reestructurar su negocio con el objetivo de optimizar sus oportunidades de crecimiento de cara a la llegada del 5G.
Al cierre del tercer trimestre del año, Verizon contaba con 152.300 trabajadores, por lo que este plan afectará al 6,8% de la plantilla de la teleco estadounidense.
"Estos cambios están bien planeados, son anticipados y no tendrán ningún impacto en nuestros consumidores", ha asegurado el consejero delegado de Verizon, Hans Vestberg. "Es el momento, dada nuestra fortaleza financiera y operativa, de empezar a proporcionar a nuestros usuarios más agilidad, velocidad y flexibilidad", ha añadido.
Todos los empleados que se hayan acogido al plan de bajas voluntarias recibirán un máximo de 60 semanas de salario, además de bonus y beneficios sociales, en función del tiempo que lleven en la compañía. Los 10.400 trabajadores saldrán en tres oleadas diferentes: final de 2018, marzo del próximo año y junio de 2019.
La reestructuración de la firma coincide con el lanzamiento del primer 'smartphone' comercial que pueda conectarse a las redes 5G, que Verizon y Samsung pondrán a la venta durante la primera mitad de 2019, según anunciaron la semana pasada.