Según un informe difundido este lunes, el acuerdo permitirá al banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri acelerar los objetivos de reducción de activos improductivos del Plan Estratégico 2018-2020, aunque la magnitud de la transacción continúa siendo inferior a otras ventas recientes de competidores de mayor tamaño.
Así, aunque la venta representa "un paso adelante" en la estrategia del banco de y acerca sus indicadores de calidad de activos a los de sus pares más grandes, el perfil de riesgo crediticio de Bankia seguirá siendo adecuado a la calificación que S&P mantiene actualmente sobre la entidad, por lo que sus ratings no se verán afectados por el acuerdo.
Bankia estima esta transacción le generará unos ahorros de costes superiores a los 200 millones de euros antes de impuestos durante los tres años siguientes al cierre de la misma, y que tendrá un impacto negativo en la cuenta de resultados para este año de aproximadamente 85 millones de euros. En sentido contrario, en el momento de su cierre, tendrá un efecto positivo en la ratio de capital CET1 'fully loaded' en el entorno de 12 puntos básicos.
S&P ha afirmado que la rentabilidad del banco deberá beneficiarse ligeramente gracias al ahorro de costes y que, aunque la venta liberará capital, el efecto en su índice de capital ajustado al riesgo será limitado, de aproximadamente 10 puntos básicos.