Aunque la Unión Europea señaló el 2020 como la fecha para que la liberalización del transporte de pasajeros por ferrocarril fuera una realidad en todos los países de Europa, Italia decidió adelantarse.
El anuncio de la liberalización permitió el nacimiento de Italo, el primer operador privado de alta velocidad ferroviaria en Italia y Europa. La llegada de este nuevo agente removió los cimientos del mercado ferroviario italiano: La competencia entre Ítalo y Trenitalia, la Renfe italiana, hizo que el mercado ferroviario italiano se duplicara pasando de 25 millones de pasajeros a en 2011 a 64 millones en 2015.
Pero, ¿y el negocio? Pues los datos también arrojan números verdes. Trenitalia, la empresa estatal pública, alcanzó en 2016 unos beneficios de más de 700 millones de euros y de más de 500 millones en 2017. Para poner estas cifras en contexto, Renfe consiguió los primeros beneficios de su historia en 2017, alcanzando los 70 millones de euros.
Italo, por su parte, tanto en 2016 como en 2017 consiguió unos beneficios por encima de los 30 millones de euros.
Más de 12 años de trabajo
Esta transformación del mercado ferroviario italiano no ha sido fruto de decisiones que se tomaran hace uno o dos años. Hay que remontarse hasta 2006 para encontrar los orígenes de Italo.
Un grupo de empresarios italianos, entre los que destacan Luca Cordero di Montezemolo, Diego Della Valle, Gianni Punzo y Giuseppe Sciarrone decidieron poner un marcha un proyecto ferroviario privado para competir en el negocio de la alta velocidad bajo el paraguas de la compañía Nuovo Trasporto Viaggiatori (NTV).
La compañía nació con una inversión inicial de 1.000 millones de euros. Los objetivos iniciales pretendían conseguir controlar un 20% del mercado en 2015 transportando 10 millones de pasajeros al año. Estas estimaciones marcaban que la compañía sería capaz de operar 54 servicios diarios en ciudades como Turín, Milán, Bolonia, Florencia, Roma, Nápoles, Salerno o Bari.
Un año después, a comienzos de 2007, la compañía recibió luz verde por parte de las autoridades italianas para prestar sus servicios. Pocos meses después, NTV anuncia un pedido de 25 trenes de alta velocidad al constructor francés Alstom.
Los siguientes pasos de la compañía se centraron en la creación de la marca Italo y en la entrada en el accionariado de nuevos participantes. En 2008 SNCF, el operador público francés, se hizo con un 20% de la compañía.
Desde ese momento hasta 2012, la empresa puso en marcha toda su estructura operativa, su planta de mantenimiento y recibió la primera unidad de sus trenes. En ese momento arrancaron los test de certificación y seguridad del material rodante hasta que en 2012 la autoridad competente italiana dio el ok definitivo para que NTV comenzara a prestar servicio.
Los trenes comienzan a rodar
Italo hizo su debut comercial en la ruta Milán-Nápoles el 28 de abril de 2012. La llegada del operador privado tuvo un impacto inmediato para los consumidores ya que Trenitalia se vio obligada a bajar los precios de sus billetes. En este momento Italo comenzó un rally de aperturas de nuevas rutas.
Tras casi seis años de preparación del proyecto la compañía comenzó una expansión comercial que llevó los trenes granates a Venecia, Milan, Bologna, Rimini, Ancona y Turin en un año y medio.
En 2014, la compañía se vio obligada acometer una serie de ajustes que incluyó el recorte de una cuarta parte de su plantilla. En su primer año de operaciones la empresa cosecha unas pérdidas de 77 millones de euros. Este mismo año las autoridades italianas anunciaron una reducción del 37% de los cánones de operación, lo que cambió radicalmente las condiciones del mercado ferroviario italiano.
Al año siguiente la compañía realizó una ampliación de capital de 100 millones de euros con la que, entre otras cuestiones, el peso de SNCF quedó en un 1,4% de la compañía. La empresa amplió su parque de trenes en 8 nuevas unidades de última generación que en 2016 aumentará hasta 12 y a 17 un año más tarde lo que dejará la flota de trenes de Italo en 42 unidades en 2019.
La llegada de los beneficios
Todo este impulso de la compañía tiene sus resultados ya que, en estos años, la compañía llega a beneficios y los trenes de Italo transportan 11 y 12 millones de pasajeros respectivamente, llegando a los objetivos que sus fundadores marcaron en el arranque de la compañía.
2017 es un año con cierto acento español para NTV. Península Capital, el fondo impulsado por Borja Prado, presidente de Endesa, se hace con el 13% de la propiedad de la compañía ferroviaria italiana tras adquirir esta participación a los fundadores.
Impulsada por estos buenos resultados, la compañía pone en marcha su salida a bolsa, momento en el que el fondo estadounidense GIP compra por 1.980 millones de dólares NTV. Una operación que supone unos ingresos de 250 millones de euros para Peninsula Capital.
Con toda la experiencia acumulada y una situación económica estabilizada, la llegada de la liberalización del transporte de pasajeros por ferrocarril al resto de países europeos se presenta como una oportunidad enorme para Italo. En el sector se espera que, en el momento que los distintos órganos regulatorios de los países vayan dejando claras las reglas del juego de sus respectivos mercados la italiana moverá ficha. Y, de entrada, parece muy interesada en lo que sucede en Francia... y en España.