Llega la temporada de invierno y aunque la AEMET ha pronosticado un avance normal de las temperaturas, las empresas empiezan a sacar toda su artillería y prepararse para que la temporada de frío no lastre sus planes operacionales. Como está haciendo Aena. La gestora aeroportuaria ha puesto en marcha su Plan Invierno 2018-2019, para el que ha destinado alrededor de 2,3 millones de euros y se activará el 20 de los aeropuertos de la red.
En el Plan de Actuaciones Invernales frente a contingencias de hielo y nieve participa tanto personal de Aena como de otros agentes implicados, entre los que se encuentran las compañías aéreas y los agentes de handling de asistentes en tierra y se establecen los procedimientos que deben seguir los aeropuertos ante este tipo de contingencias para que el ni el hielo ni la nieve afecten a las operaciones.
Los aeropuertos incluidos en el Plan de Invierno son Albacete, Asturias, Barcelona-El Prat, Bilbao, Burgos, Girona-Costa Brava, Federico García Lorca Granada-Jaén, Huesca-Pirineos, León, Logroño-Agoncillo, Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Madrid-Cuatro Vientos, Palma de Mallorca, Pamplona, Salamanca, San Sebastián, Santiago, Valladolid, Vitoria y Zaragoza.
Para que las operaciones se lleven a cabo sin incidencias, el personal que participa en el Plan realiza un seguimiento de las condiciones meteorológicas, revisa continuamente el estado del pavimento en las pitas, calles de rodaje y plataforma, asegura la disponibilidad de los equipos para realizar mediciones periódicas del coeficiente de razonamiento y limpia el campo de vuelo en caso de hielo y nieve.
Para ello, Aena dispone de más de 100 vehículos propios destinados a la retirada de nieve y hielo, así como otros vehículos implementados con cuchillas y esparcidores de urea.
Protocolo de actuación
Antes de los vuelos, Aena sigue un procedimiento que garantiza la salida a tiempo de cada una de las operaciones. Este proceso comienza en el propio aeropuerto. El servicio de meteorología, con las predicciones realizadas por la Agencia Estatal de Meteorología, comunica las posibles condiciones adversas. En ese momento, la oficina de operaciones alerta a todos los equipos implicados.
Se hace siguiendo un orden. Primero, se comprueba el estado de las pistas y la plataforma. Si están húmedas y todavía no ha habido una acumulación de nieve o se ha formado una placa de hielo, se esparce fundente para que esa placa se descongele y, posteriormente, se limpian los restos con cuchillas quitanieves o barredoras.
Por la contra, si las pistas y plataformas están cubiertas de nieve se limpian con vehículos que disponen cuchillas quitanieves y esparcidores de fundente, además de barredoras de pista.
Finalmente, los medidores comprueban que si el coeficiente de razonamiento de las pistas es el adecuado y si el resultado es positivo, se comunica a todos los implicados que el aeropuerto vuelve a estar operativo.