Año nuevo, vida nueva. Es un dicho popular, pero en la esfera empresarial tenemos por delante un 2019 que tendrá que hacer frente a algunas cosas que ya vienen del año recién terminado. A modo de decálogo, comparto contigo algunas pistas que considero serán importantes desafíos en muchas organizaciones este año que acabamos de comenzar.
1. Aprender a liderar en tiempos de incertidumbre.
España y Europa en 2019 van a ser cualquier cosa menos un escenario tranquilo, apacible y previsible. Sin conocer el futuro del Gobierno de España y sus pretensiones sobre presupuestos e impuestos, la situación política en Cataluña o el impacto que va a tener el Brexit finalmente, los directivos y empresarios han de tener la visión de liderar sus organizaciones sabiendo que no se está pisando sobre tierra firme en todo momento. Va a ser un año de tener preparados muchos planes alternativos y de emergencia.
2. Interpretar la tecnología.
Cada año tenemos nuevos avances que parecen revolucionar cada mercado, cada sector, cada nicho comercial. Que la implementación y uso de la tecnología no sea una huida hacia delante con maquillaje tecnológico, de manera que la tecnología sea realmente útil y necesaria. Es necesario plantearse con tranquilidad y humildad el verdadero sentido de la adquisición de nuevas tecnologías.
3. Formación proactiva.
Necesitaremos empresas y organizaciones ya no que formen a sus equipos cuando se detecten necesidades, sino que es necesaria la proactividad hacia la formación en nuevas áreas y disciplinas, como manera de que la organización sea capaz de tener talento preparado para afrontar los cambios que tan rápido se suceden. Es mejor tener un equipo formado en algo que aún no ha ocurrido o que a priori no es necesario que tener que formarlo cuando la necesidad llama a nuestra puerta y no tenemos a nadie preparado para ello.
4. Liderazgo humano.
En tiempos de tener cada vez más contacto con una pantalla, las empresas que quieran liderar sus mercados necesitan profesionales y líderes que busquen, aprecien y desarrollen el contacto personal con los integrantes de la organización. El factor humano es clave, y como tal ha de ser tratado. Lo veo en muchas compañías cada año: las que más humanas son en su funcionamiento interno son las que mejores resultados cosechan.
5. Cliente conectado.
Llevamos muchos años hablando de omnicanalidad, muchos años observando cómo muchas empresas presumen de omnicanalidad y muchos años en los que personalmente observo cómo no se está trabajando eficientemente este asunto. No se trata de estar en muchos canales, sino de ser consciente de en qué canales está el cliente y cómo ha de transformar su presencia la organización para aportar valor de manera coherente. Apuntemos esa palabra como característica imprescindible que debería tener toda propuesta omnicanal: la coherencia.
6. Empoderamiento móvil.
Una App poderosa, que permita al cliente operar, comprar, vender, preguntar y activar su actitud de consumo en todo su espectro será una clave ganadora en 2019. El sector de la banca está siendo muy competitivo en este sentido: no más colas ni tiempos muertos de espera en una oficina cuando desde el teléfono se puede hacer la gran mayoría de operaciones corrientes. Toda empresa debería plantearse cómo puede aplicar esta filosofía, si de esta manera se aporta más valor a sus clientes.
7. La experiencia lo es todo.
Hay competencia en todo y para todo. Hay alternativas de compra en cualquier campo, nicho o sector. Si la experiencia no es positiva, el cliente preferirá otras opciones. No es algo nuevo esto de la experiencia de compra, pero si será 2019 un año determinante en cuanto a que quienes no actualicen, mejoren, o replanteen las experiencias que brindan a sus clientes, consumidores o usuarios, verán cómo son adelantados por otras organizaciones que han decidido apostar por la diferenciación.
8. El impacto verde.
Las personas cada vez tenemos una mayor consciencia medioambiental y existe una mayor preocupación por el entorno en el que vivimos. 2019, más allá de las restricciones al tráfico en las ciudades, será un año en el que las empresas responsables con el medio ambiente van a poder destacar y comunicar este hecho con el respaldo de la sociedad. Las organizaciones que no actualicen sus protocolos en este sentido, verán cómo lo que parecía una moda años atrás se habrá convertido en un hándicap de difícil solución en el corto plazo.
9. La transparencia permanente.
En sus operaciones, en la ética de sus actividades y en la imagen que proyectan sus directivos y profesionales de todo nivel jerárquico. Las organizaciones que no interpreten adecuadamente la necesidad de rendir ciertas cuentas a la sociedad que les rodea podrán ver cómo quedan relegadas a un segundo plano en detrimento de aquellas otras que apuesten por una comunicación directa, honesta y sin ambigüedades.
10. Velocidad y agilidad.
Y no es algo exclusivo de este año, sino que ya viene de atrás y seguirá con nosotros. Velocidad y agilidad para adaptar, modificar y solucionar todos estos desafíos de forma cambiante y con orientación al éxito. El mercado penalizará profundamente aquellas entidades que no sean capaces de gestionar en tiempo real lo que sucede a su alrededor. Tener organigramas que lo permitan, el talento adecuado y la posibilidad de hacer cambios rápidos será un factor decisivo y determinante que va a definir el futuro de muchas organizaciones.