La controversia actual entre taxistas y VTCs comienza a trasladarse a nivel europeo y muchos miran a la Unión Europea en busca de soluciones.
Debe recordarse que la competencia en materia de regulación del transporte urbano está en manos de los Estados, no de la UE, como manda el principio de subsidiariedad. A partir de ahí, cada Estado se organiza como entiende y, en el caso español, la administración general, la autonómica y la municipal ostentan la capacidad de traducir dicha competencia en regulación de cuestiones tales como licencias, tarifas, acceso a la profesión o, como sucede desde la irrupción de nuevas plataformas de movilidad como Cabify y Uber, el modo de regular la convivencia entre modelos de movilidad existentes (taxi) y nuevos.
Por ello, la Comisión Europea suele pasar de puntillas y así viene indicando que debe regularse “a nivel nacional o local”, eso sí actuando “de forma proporcionada, no discriminatoria y respetando la libertad de establecimiento y la protección del consumidor”. Por ello, no ha incluido al sector del taxi en su llamado ‘paquete de movilidad’ actualmente en fase de debate legislativo.
Pero donde el taxi como modelo de movilidad urbana encuentra su encaje es en la figura del llamado SIEG (Servicio de Interés Económico General), recogido en el Derecho de la UE y que posee incluso un Protocolo específico en los Tratados. Por su función social, el taxi, al igual que otros servicios como la educación o la sanidad, debería ser reconocido en las legislaciones nacionales como SIEG eso es, a modo simplificado, la manera como los Tratados recogen la figura bien conocida del servicio público. Los jueces españoles así lo han reconocido en sentencias recientes
A la tarea de abrir un debate a nivel europeo sobre el papel del taxi como SIEG se viene dedicando con intensidad TEA (TaxiEurope Alliance) desde hace meses. Fundada en Bruselas en abril de 2017 por Fedetaxi (España), URI (Italia) y Antral (Portugal), TEA se constituye como herramienta para canalizar a nivel de la UE los intereses de los cerca de 100.000 taxistas que representa mediante acciones de información, sensibilización y lobby desde una perspectiva profesional que privilegie el debate y el contraste de opiniones.
Llevar a Bruselas la controversia entre taxistas y VTC para que Europa tome partido será un trabajo baldío. Elevar el debate para lograr consensuar un estatuto europeo del taxi que consagre su papel imprescindible a la comunidad es el camino que TEA ha decidido seguir reclamando idénticas reglas para cualquier operador de movilidad urbana, destacando las buenas prácticas existentes, compartiendo experiencias y conocimiento. Preparando, en suma, los difíciles retos que plantea un futuro con la movilidad autónoma.
Emiliano Alonso es abogado y lobista. Representante de TEA (TaxiEurope Alliance)