El proceso de salida de Caixabank del accionariado de Repsol podría alargarse más de lo previsto. La intención era abandonar la participación antes de que acabara el primer trimestre del año, pero la situación del mercado podría hacer aconsejable ampliar los plazos para conseguir las mejores condiciones posibles.
La posición actual del banco en la petrolera es del 3,6%, teniendo en cuenta el scrip dividend, frente al 9,36% que ostentaba el pasado mes de septiembre. Comenzaba entonces una lenta operación salida fruto de un cambio de estrategia de la entidad bancaria. El “encaje” con Caixabank “no existe”, por lo que lo recomendable es desinvertir en la petrolera, asegura el CEO de la entidad financiera, Gonzalo Gortázar.
El objetivo del banco es maximizar la desinversión para minimizar las posibles pérdidas que pudieran derivarse de la operación. Así que se están vendiendo pequeños paquetes, un proceso que estaba previsto finalizar durante el primer trimestre del año. Sin embargo, el propio CEO asume que “las condiciones del mercado” serán las que guíen el proceso, por lo que “si es necesario se ampliará” el plazo hasta finales de año.
Maximizar la rentabilidad
¿El motivo? El recorrido alcista de la compañía en los últimos meses, que ha hecho a Repsol recuperar cerca del 10% de su valor. Así que el objetivo de Caixabank ahora pasa por tratar de aprovechar ese buen momento para maximizar la rentabilidad de la operación.
Los analistas interpretan como positivo el movimiento de Caixabank, así lo asegura Sara Carbonell desde CMC Markets, ya que el primer tramo lo vendió con pérdidas. Sin embargo, con la recuperación del precio del petróleo -algo tocado desde octubre- ha ido ganando terreno, a lo que hay que unir “una gestión impecable, la han hecho brillar” en los últimos tiempos.
En cualquier caso, y tal y como señalaron en septiembre desde el banco, se trata de una operación que no tendrá efecto sobre el beneficio. “Irá contra recursos propios”, aunque tenga un efecto positivo, negativo o neutro. Una vez terminado el proceso, estaremos ante el final de una relación de más de 22 años, y que ha sido una de las alianzas históricas entre dos corporaciones nacionales.
Sin desinversiones en 2019
Lo que sí ha dejado claro el CEO de Caixabank es que durante este 2019 no veremos nuevas operaciones de desinversión por parte de la entidad catalana en algunas de sus participadas. La más golosa es Telefónica que, sin embargo, es vista como un aliado estratégico de cara a futuro.
Tampoco parece que vaya a haber sorpresas entorno al Banco de Fomento Angola (BFA) donde Caixabank tiene el 48% a través de BPI. Una participación que no le entrega la posición de dominio que desearían, pero tampoco de tenencia. Así que para ajustarse a las normas de contabilidad se ha registrado la participación como “disponible para la venta”.
¿Significa que van a vender? No en este momento. Gortázar insiste en que “no hay un plazo previsto para que se produzca la reducción de la participación”, por lo que “llegará cuando toque”.