Luca de Meo Lleva 25 años en el sector del automóvil. Su carrera comenzaba en Renault, pero los avatares del destino le llevaron a Toyota y Fiat, hasta que en 2009 acabó en el grupo Volkswagen. Dentro del fabricante alemán trabajó para la propia Volkswagen y para Audi, los dos máximos exponentes del grupo hasta que, en 2015, el Dr. García Sanz (entonces máximo líder de la compañía) decide encargarle uno de sus mayores retos: hacerse cargo del “patito feo” del grupo: Seat.
Reconoce que para él era un reto, pero también una oportunidad de brillar en una marca que ha cumplido 60 años de historia, muy querida en España, pero muchas veces también denostada. Así que en estos poco más de tres años él mismo reconoce que se ha centrado en “acercar” la verdadera situación de la empresa a la percepción que la gente tenía de Seat. Y parece que lo ha logrado, porque 2018 se cerraba con el mejor año de la historia de la firma en ventas con más de 517.000 unidades vendidas en todo el mundo. Y ojo, porque en enero arranca el año liderando el mercado de ventas en España.
Un éxito que reconoce “será difícil” de conseguir durante el próximo curso, aunque insiste en que se dejarán los cuernos para conseguirlo. Italiano de 51 años, habla cinco idiomas (italiano, inglés, francés, alemán y español) y dice que quiere estudiar chino. Probablemente porque la marca se prepara para dar el salto a un mercado en el que se jugará la guerra por el futuro del automóvil.
Dar al cliente lo que pide
Quienes le conocen dicen que es un trabajador incansable, y lo demuestra cuando habla. De Meo visita las oficinas de EL ESPAÑOL a última hora de la tarde tras una intensa jornada de reuniones, pero denota entusiasmo cuando habla del automóvil y de Seat. Lo hace asumiendo que hay que mirar al presente, pero que lo importante es preparar a la firma para lo que está por venir: el coche eléctrico, autónomo pero, sobre todo, conectado. “Estoy convencido”, afirma rotundo.
“La integración del vehículo con el Internet de las cosas nos dará oportunidades potenciales de negocio”, explica con tono pausado. Su objetivo es dar al cliente lo que pide, y eso pasa por adaptarse a sus necesidades e integrar Whatsapp, Alexa, Waze… “Damos a la gente lo que pide”, insiste.
Ese compromiso se verá multiplicado exponencialmente con la llegada del 5G a nuestras vidas. Permitirá la conectividad total y, por tanto, conectarlo con todo: el móvil, las infraestructuras, los comercios… Se abren así “miles de potenciales transacciones que serán negocio”, relata el presidente de Seat, quien reconoce que todavía es pronto para saber quién “controlará” esos procesos y de qué manera se podrá hacer negocio.
Su apuesta por la conectividad no implica que se olvide del cambio que vive el automóvil. Seat está inmersa en la búsqueda de su primer vehículo eléctrico, que confían tener listo de cara al 2020. De Meo cree que es “un cambio sustancial” para la marca que, por el momento, ha tenido en el gas para automoción su gran apuesta. Ahora bien, no van solos, porque van a emplear la plataforma del Grupo Volkswagen, lo que les permitirá ahorrar mucho tiempo y dinero en I+D.
Su objetivo ahora es el de “reducir los costes”, para intentar presentar un coche lo más accesible posible. Y para ello cree que la evolución tecnológica de las baterías será fundamental.
Para De Meo este "cambio tecnológico" (con mayor conectividad y nueva tecnología) provoca “una tensión que hará que los coches suban de precio". “No puedes pensar que una industria se reconvierte con nueva tecnología y el precio se queda estable”, explica el presidente de Seat. A su juicio, en el “medio plazo veremos un salto, y luego bajará”. El problema radica en saber de cuánto será la subida, que podría llegar a ser “de doble dígito”. En definitiva, que el cambio tecnológico hará que suban los precios.
Ese alza podría provocar “una tensión en las ventas” del sector del automóvil, que debería verse compensada por las nuevas fórmulas de movilidad que están apareciendo. El presidente de Seat está convencido de que en el futuro “venderemos menos coches”, ya que asistimos a un cambio de modelo en la movilidad de las grandes ciudades.
Un nuevo ‘carsharing’
Su visión es la de ciudadanos en grandes urbes moviéndose en coches eléctricos, ya que serán trayectos cortos que no requieran de gran autonomía. Y, “posiblemente”, utilizando unos vehículos muy autónomos y diseñados para este propósito que puedan cambiar fácilmente sus baterías a través de una furgoneta que cambie la de diez coches a la vez.
De Meo vaticina ciudades cada vez más vacías de coches privados y más flotas de vehículos en constante movimiento. “Serán miles de coches que, además, se moverán solos de una zona a otra para atender la demanda”, señala. Así que, a su juicio, tendremos “tres o cuatro tipos de coches distintos”: unos lowcost, pensados para transportar muchos viajeros muy pocos minutos; otros que permitirá transportar a varias personas y compartir el precio del viaje; otros premium y otros de transporte vertical más enfocado a mercancías, seguridad, ambulancias, etc.
Así que, en ese entorno, Seat se plantea moverse en tres escenarios: la fabricación (evidentemente); el negocio con los datos, “aunque no está muy claro cómo se podrá hacer porque hay muchos aspectos legislativos”, y, por último, participar en una plataforma de carsharing. Sin embargo, De Meo tiene claro que en este último punto sólo se puede invertir “cuando se pueda obtener la rentabilidad del negocio, y eso pasa por el coche autónomo”.
“Las grandes plataformas como Uber o Cabify sólo serán rentables cuando logren que el transporte privado suponga el 10% del mercado”, explica el presidente de Seat. Teniendo en cuenta que, actualmente, sólo suponen el 2%, parece muy lejano ese escenario. En el caso del carsharing, solo tendrán rentabilidad cuando los coches estén en constante movimiento, existan unidades con poca ingeniería para hacer ese trabajo, y las baterías puedan sustituirse en el momento, explica. Y ojo, “porque no está muy lejos”.
Todos esos cambios van a obligar a una reconversión de la industria del automóvil. Coches con nueva tecnología (adiós al motor de combustión); nuevas formas de fabricación y, sobre todo, en muchos casos, más sencillos de fabricar dado que no requerirán el nivel de ingeniería que se aplica actualmente a los vehículos. Por tanto, ¿qué va a pasar con los trabajadores de una industria que aporta el 10% del PIB en España?
Para De Meo existen dos escenarios radicalmente distintos, pero que no son excluyentes. El primero pasa por actuar sobre la demanda. Se puede “acelerar la renovación” del parque para actuar sobre la contaminación. El problema es que “es una solución política y son ellos quienes deben decidir cómo actuar y cómo ayudar a la gente para evitar expulsar a las personas que tienen menor poder adquisitivo”.
En definitiva, “aumentar la demanda”. De este modo, “lo que pierdes de trabajadores para fabricar cada vehículo lo ganas aumentando el volumen de ventas”.
El segundo escenario pasa por la reconversión de los trabajadores. “Ahí la formación es esencial”, explica. Pone como ejemplo la escuela de Seat, en donde ahora se forman programadores, en lugar de trabajadores que sean capaces de montar un tubo de escape, por ejemplo. Además, ofrecen cursos de formación a sus trabajadores -que realizan fuera de sus horas de trabajo-, y que están teniendo bastante éxito.
Largo plazo
“Se trata de un esfuerzo nuestro, pero tiene que hacerlo todo el sector”, insiste. Así que el máximo líder de la firma española (y miembro de la junta directiva de Anfac, la patronal del automóvil) afirma que ya están en conversaciones con el Gobierno para abordar el asunto. “Necesitamos una hoja de ruta a largo plazo para no cargarnos el trabajo de la industria”, sentencia. Toda una advertencia ante las ocurrencias que surgen a veces de la clase política, y de los borradores de ley que plantean, por ejemplo, la desaparición del motor de combustión en 2040.
El guante está lanzado, queda recogerlo. El sector se enfrenta a grandes desafíos, como lo hace también Seat. De Meo mira al futuro, aunque a corto plazo confía en que 2019 sea -casi- tan bueno como el 2018. “Será más complicado porque hay incertidumbre a nivel económico”, pero es cierto que “entramos en el ciclo con una posición de fuerza en nuestros productos”, añade.
Seat ha renovado al completo su marca, ha incorporado novedades al segmento SUV, uno de los que más se demandan hasta el momento. ¿Su última novedad en este segmento tan animado? El Tarraco. Si Seat normalmente es el segundo coche de muchas familias, con éste quieren ser el primero. Además, se prepara para presentar en breve el nuevo rediseño del Seat León, uno de los ‘clásicos’ de la firma.
Buenas expectativas, ojalá se cumplan. Por el bien de la industria española del automóvil.