El fabricante británico de automóviles Jaguar Land Rover cerró los nueve primeros meses del ejercicio fiscal 2018-2019 (de abril a diciembre de 2018) con unas pérdidas brutas de 3.908 millones de euros en comparación con las ganancias de 220 millones de euros de dicho período del año previo.
Las pérdidas antes de impuestos ajustadas se situaron en 313 millones de euros, mientras que su facturación trimestral alcanzó los 7.126 millones de euros, un 1% menos.
La compañía explicó que su negocio se vio afectado de forma negativa por las "complicadas" condiciones experimentadas en el mercado chino, que fueron compensadas, de forma parcial, por los buenos resultados contabilizados en Norteamérica y Reino Unido.
Asimismo, indicó que los resultados reflejan las menores ventas en China y la mayor depreciación y amortización derivada de las inversiones. Además, en el tercer trimestre experimentó unos extraordinarios negativos vinculados con la reducción prevista de su stock, de los ajustes en la garantía de reserva y de la reevaluación de sus inmbuebles y del tipo de cambio.
Jaguar Land Rover resaltó que los "vientos en contra" vinculados con la tecnología y con la regulación motivaron que el valor de sus inversiones capitalizadas se tuviera que revisar a la baja, con un impacto bruto de 3.563 millones de euros en el trimestre.
"Estamos anunciando un cargo excepcional no en efectivo que reduce el valor en libros de nuestras inversiones capitalizadas. Este ajuste contable está en línea con otras acciones decisivas que debemos tomar como parte de nuestros programas de transformación 'Charge' y 'Accelerate'", aseguró el consejero delegado de la empresa británica, Ralph Speth.
La compañía experimentó ahorros de 574 millones de euros en el tercer trimestre fiscal, como parte de su plan de lograr ahorros de 2.873 millones de euros hasta marzo de 2020. La firma reducirá en 4.500 personas su plantilla, con un coste 'one time' de 200 millones de libras (229 millones de euros).
Tata Motors
Por su parte, la matriz de Jaguar Land Rover, la india Tata Motors, cerró los nueve primeros meses del ejercicio fiscal 2018-2019 con unas pérdidas netas de 3.660 millones de euros, en comparación con las ganancias de 848 millones de euros contabilizadas en dicho período del año anterior.
Esta evolución negativa de la multinacional asiática en los tres primeros trimestres fiscales se explica por el impacto sobre su negocio de las pérdidas de Jaguar Land Rover, que representaron gran parte de los 'números rojos' de Tata.
Tata Motors contabilizó un volumen de negocio de 26.480 millones de euros), lo que supone una subida del 6,2% en comparación con la facturación contabilizada en dichos meses del año previo.