Los pequeños accionistas de Natra no cejan en su empeño para evitar que los Bonomi saquen a la chocolatera de bolsa a precio de saldo. A contrarreloj para alcanzar esta meta, ahora quieren sumar fuerzas con inversores de Dia y Telepizza para exigir a las autoridades que eleven al 95% el umbral mínimo de control accionarial para que una cotizada pueda ser excluida de negociación. Actualmente, este límite está en el 90%.
El objetivo es conseguir esta modificación antes de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dé el visto bueno al folleto de la oferta pública de adquisición (opa) que los Bonomi han presentado ya a través de Investindustrial. Su principal argumento está en la tan cacareada convergencia con Europa. Y es que España es uno de los dos únicos grandes mercados bursátiles de la Unión que permite a un inversor ejecutar compras forzosas y acabar con los días de una cotizada en bolsa con el control de solo un 90% de sus acciones.
Para conseguir esta hazaña, los minoritarios de Natra buscan también aliados entre el accionariado de las dos compañías de la bolsa española sobre las que ahora hay también opas en trámite. Incluso también entre antiguos inversores de Europac, la papelera a la que la británica DS Smith ha jubilado de la bolsa recientemente. Mientras que la norma española entiende que lo mejor es la compraventa forzosa y exclusión de bolsa debido a la baja liquidez que puede tener una compañía con solo un 10% de su capital susceptible de negociación, los opositores a los Bonomi están convencidos de que para los pequeños accionistas de una compañía con planes de expansión de negocio puede ser mucho más beneficioso permanecer en bolsa.
DIA Y TELEPIZZA YA ESTÁN ASEGURADAS
Sin embargo, existe una diferencia radical entre los casos de Telepizza y Dia y el de Natra. Mientras que en las dos primeras inversores titulares de más de un 10% del capital ya se han pronunciado formalmente en contra de las ofertas que pesan sobre ambas, en la valenciana solo los titulares de un 6,5% del capital han hecho lo propio. Un porcentaje que equivale a 9,92 millones de acciones, según el último recuento del grupo de inversores que sigue sin registrarse formalmente como agrupación o sindicato de accionistas.
A pesar de estas dificultades, el objetivo es claro. Convencidos de que cada acción de la chocolatera puede llegar a valer 3 euros, si se cumplen los hitos del plan estratégico presentado por Natra el mismo día que los Bonomi hicieron pública su oferta, quieren hacer llegar su petición a la CNMV el próximo 15 de marzo. Una solicitud que esperan poder presentar tanto de forma grupal como a título individual varios accionistas de la valenciana y también de las otras tres compañías señaladas.
Antes de que llegue esta fecha, los líderes del grupo de minoritarios se habrán encargado de difundir al menos un informe de valoración que justifica sus expectativas de una cotización a 3 euros por acción frente a los 0,9 euros que ofrece Investindustrial. Mientras tanto, y a la espera de que llegue el veredicto de la CNMV sobre una opa cuyos oferentes se han comprometido a tener lista no más tarde de julio, el consejo de administración y los fondos que últimamente han desembarcado en Natra siguen sin pronunciarse sobre cuál será su opción final.
La documentación que el grupo de minoritarios está haciendo circular para conseguir más adhesiones para la causa, y a la que ha tenido acceso INVERTIA, insiste en la necesidad rechazar la opa y el incremento del umbral exigible en España para la exclusión bursátil de un valor. Sobre el primer punto, se insiste en que, frente al descuento del 1,1% que ofrecen los Bonomi, seguir en bolsa se podría traducir en “recuperar la inversión” y hasta en “obtener legítimas plusvalías por la permanencia en el accionariado y la envidiable evolución de la compañía”, en alusión a la hoja de ruta de la compañía con horizonte en el año 2023.
SOLOS CON REINO UNIDO
Por lo que se refiere al segundo punto, solo Reino Unido comparte con España el umbral mínimo del 90% para las compras forzosas y la exclusión bursátil entre los principales mercados europeos. El grueso de los países vecinos eleva esta cota hasta el 95%, tal y como ocurre en Alemania, Italia, Francia y Luxemburgo, por citar solo algunos ejemplos.
La baza inesperada con la que ahora cuentan los inversores de Natra está en la convocatoria anticipada de elecciones. Aunque bien puede convertirse en un arma de doble filo. Si bien la agenda de regulación del mercado del Gobierno socialista tenía ya varios retos marcados, que ahora quedan en el limbo, la cita con las urnas y el establecimiento de un nuevo equipo de gobierno estatal permitirán fijar nuevas agendas que bien podrían incluir la elevación al 95% que ahora reclaman. Por otra parte, el calendario hasta la formación de gobierno podría alargarse más allá del plazo que se marque para la resolución de la opa y sus consecuencias ulteriores.
En este sentido, fuentes jurídicas consultadas explican que no existe mayor impedimento para cambiar este porcentaje, ya que la directiva europea del año 2004 que establecía cómo definir los procedimientos para las compraventas forzosas y la exclusión (lo que se conoce como ‘squeeze-out’ en jerga financiera) y cada estado podía fijar el umbral que estimase conveniente entre el 90% y el 95%.
En contra del discurso defendido por el regulador español en el momento de la transposición de esta norma, la mayoría de países optó por el discurso que ahora defienden los pequeños de Natra. Una idea que, tal y como ellos resumen, se concretaría en que es mejor garantía para el minoritario poder seguir en bolsa aun a riesgo de una menor liquidez que acceder al precio ofrecido en una opa a la que voluntariamente se ha preferido no acudir. En este caso, el cumplimiento del plan estratégico será la clave en una compañía que en los últimos cinco años ha perdido más de un 60% de su capitalización.
EL DUEÑO DE BYBROOK NOTIFICA SU POSICIÓN
Este mismo martes, el fundador del fondo británico Bybrook Capital, Robert J. Dafforn, ha comunicado al supervisor su posición en Natra resultante de la conversión de las obligaciones de las que era poseedor tras la compra de estos papeles de deuda a antiguos acreedores del grupo valenciano. A través de los dos vehículos de inversión con los que poseía estos títulos, ha declarado un 27,25% del capital social, con lo que según estaba previsto se convierte en su principal accionista.
Esta cartera se compone de 41,53 millones de acciones de Natra, que están valorados en más de 37 millones de euros en función de su actual cotización bursátil. Sin embargo, esta posición está congelada a la espera de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) autorice la oferta de los Bonomi, a los que Dafforn se ha comprometido a acudir junto a otros antiguos titulares de obligaciones convertibles. Entre ellos, Deutsche Bank, que a principios de febrero ya dio cuenta de su posición resultante con una participación del 22,9%.