Iberdrola ha comunicado a la CNMV que su beneficio neto ha aumentado un 7,5% hasta alcanzar los 3.014 millones de euros, pese a haber contabilizado en 2017 diferentes impactos extraordinarios positivos derivados de la fusión de Siemens-Gamesa, la reforma fiscal en EE.UU. y otros efectos no recurrentes.

Esta subida, dicen en esa comunicación, se traduce en una propuesta de incremento del dividendo, que deberá aprobar la Junta General de Accionistas, de 7,7% hasta 0,351 euros por acción. 

Los inversores hacen un primer análisis positivo de estos resultados, en línea con los previstos. Las acciones de Iberdrola han llegado a superar los 7,4 euros, lo que supone máximos que no se veían desde mayo de 2008. Al cierre, la euforia se moderaba con subidas del 1,1% hasta los 7,30 euros

El resultado bruto de explotación (Ebitda) de la energética se situó en los 9.349 millones de euros, con un crecimiento del 27,7% frente al año anterior, gracias al buen comportamiento de todos los negocios, cuyos resultados crecen a doble dígito. El 77% de este importe procedió de áreas reguladas o con contratos a largo plazo, en línea con el enfoque estratégico del grupo.

La deuda financiera neta ajustada a 31 de diciembre de 2018 se reduce en 230 millones respecto a los nueve meses del año (34.379 millones) hasta los 34.149 millones. Sin embargo, en la comparativa anual la cifra de deuda financiera neta ajustada se incrementa en 1.294 millones desde los 32.856 millones de 2017, "como consecuencia del fuerte proceso inversor que se encuentra desarrollando el grupo".

El grupo señaló que este resultado se vio impulsado por las inversiones de cerca de 200.000 millones de euros realizadas en los últimos cuatro años, de las cuales 5.320 millones de euros correspondieron al ejercicio pasado, la expansión internacional, la normalización de las condiciones operativas en España y la buena marcha de todos los negocios.

Así, Iberdrola compensó el impacto negativo de la evolución del tipo de cambio (-363 millones de euros) y los menores extraordinarios registrados en el ejercicio, en comparación con el año anterior.

Los ingresos del grupo en 2018 alcanzaron los 35.075,9 millones de euros, lo que supone un incremento del 12,2% respecto a 2017. El margen bruto también mejora, hasta alcanzar los 15.435,1 millones de euros, un 15,5% más que en el ejercicio anterior.

BENEFICIO DE LAS FILIALES

Mientras, Neoenergia, la filial brasileña del grupo que se consolida al 100% en sus cuentas desde el segundo semestre de 2018, registró un beneficio neto de 1.536 millones de reales brasileños (unos 364 millones de euros), un 278% más.

En Estados Unidos, la filial Avangrid, que cotiza en la Bolsa de Nueva York y de la que Iberdrola posee un 81,5%, ha obtenido un beneficio neto de 684 millones de dólares (unos 603 millones de euros) durante el ejercicio.

En lo que respecta a la plantilla, tras incorporar a más de 1.600 profesionales en el ejercicio, supera las 34.000 personas -el 99% con contratos indefinidos- y genera un total de 425.000 puestos de trabajo.

DESINVERSIONES

Como parte del plan de rotación de activos contemplado en las Perspectivas Estratégicas hasta 2022, el 16 de octubre Iberdrola, a través de su filial ScottishPower, acordó la venta de sus activos de generación tradicional en Reino Unido a la compañía Drax Smart Generation, filial del grupo Drax, por 778 millones, operación que se hizo efectiva el pasado 31 de diciembre. De este modo, la empresa se convierte en la primera energética integrada del país en ser 100% renovable, al desprenderse de 2.566 megavatios (MW) de potencia de generación tradicional, que incluye principalmente centrales de ciclo combinado de gas.

Por otro lado, el pasado 18 de octubre se acordó la venta de su participación del 90% de la planta termosolar en Puertollano (50 MW) a la compañía Ence por un importe de 181,1 millones. 

Con estas transacciones, el importe total de desinversiones alcanzado en 2018 está cercano a los 1.200 millones.

Noticias relacionadas