La jugosa tarta de la auditoría de las cuentas de las empresas que forman parte del Ibex 35 sigue siendo cosa de las ‘Big Four’. Tres años después de la entrada en vigor de la rotación obligatoria de vigilante cada cinco años, Deloitte consigue aguantar su posición dominante entre las cuatro grandes consultoras globales, mientras que PwC le ha arrebatado el puesto como firma de cabecera del sector financiero.
Estos son algunos de los cambios que se desprenden de comparar el Informe Anual de Supervisión de Cuentas para el ejercicio 2017, que acaba de publicar la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con el del cierre de 2014, el último previo a la entrada en vigor las obligaciones de rotación de firma auditora. El impacto en las cifras de Deloitte, líder indiscutible hasta entonces según cualquier baremo de medición, es evidente, mientras que PwC ha resultado el mejor parado en estos tres años.
Si se toman como referencia los valores que formaron parte del Ibex 35 en 2017 -que fueron 36 por la resolución de Banco Popular y su reemplazo por Colonial-, Deloitte se confirma como líder con la revisión de cuentas de 13 de estas compañías. Los balances de Abertis, ACS, Amadeus, ArcelorMittal, CaixaBank, Cellnex, Ferrovial, Indra, Inditex, Mediaset España, Merlin Properties, Repsol y Técnicas Reunidas (coauditada por PwC) pasaron el escrutinio de sus empleados, pero en 2014 revisaron las de un total de 16 cotizadas.
La rotación más significativa en el caso de esta firma se aprecia en el sector bancario. Tres años después de la entrada en vigor de la norma, tan solo retiene la auditoría de las cifras de CaixaBank, a las que antes del vuelco legal sumaba las de BBVA, Santander y Bankinter. El primero de estos tres daba negocio a KPMG al cierre de 2017, mientras que la revisión de las cifras de los otros dos corría por cuenta de PwC.
PWC PASA A SER LA AUDITORA DE CABECERA DE LOS BANCOS
En el caso de la firma PwC, la llegada de estas dos entidades ha supuesto duplicar el número de compañías del sector bancario que le confiaban la auditoría de sus cuentas en 2014. El último informe de la CNMV señala que en 2017 repasó las cuentas de Bankinter, Banco Sabadell, Santander y Popular, mientras que tres años antes solo se encargaba de los balances del catalán y el primer banco de la Eurozona resuelto con cargo a sus accionistas y tenedores de deuda.
De solo seis cotizadas del Ibex 35, ha pasado a hacerse cargo de la auditoría de 10 de sus compañías. De Aena, Banco Sabadell, Popular, Naturgy (entonces Gas Natural), Meliá Hotels y Técnicas Reunidas pasó a revisar los balances de Acerinox, Sabadell, Santander, Bankinter, Colonial, Meliá Hotels, Naturgy, Banco Popular, Telefónica y Viscofan.
La antigua Ernst & Young, ahora rebautizada con las siglas EY, vio perder su segunda posición en el ranking al pasar de nueve a cinco cotizadas del Ibex 35. Se trata de Bankia, Enagás, Endesa, IAG y Siemens Gamesa. El banco que ahora preside José Ignacio Goirigolzarri repite entre la lista de clientes de la consultora.
Un camino muy distinto es el que ha seguido KMPG, que ha pasado de cinco a ocho de los pesos pesados de la bolsa española y ha logrado incluir a un banco del índice rey entre su cartera de clientes, cuando en 2014 no contaba con ninguno. La lista del último recuento anual publicado por la CNMV incluye a Aena, Acciona, BBVA, Dia, Grifols, Iberdrola, Mapfre y Red Eléctrica.
APENAS UN BOCADO PARA EL RESTO
Otra medida eficaz para calibrar cómo ha evolucionado el negocio de las auditoras está en la distribución de balances revisados en función de la capitalización de sus emisores. Así, el peaje que ha tenido que afrontar Deloitte por la rotación forzada de sus clientes se traduce en una caída del 57,8% al 35,2%. El porcentaje también se ha estrechado para EY, que pasa del 26,9% al 11,2% del informe ahora publicado. PwC (del 9,5% al 28,9%) y KPMG (del 5,7% a un mucho más grueso 24,7%) son las grandes beneficiadas por partir de cuotas mucho más bajas.
Las cuatro grandes consultoras acaparan un aplastante 95,6% de la auditoría de cuentas de las cotizadas españolas, apenas 60 puntos básicos menos que antes de las rotaciones forzosas
El negocio que las cotizadas españolas dejan para firmas fuera de las ‘Big Four’ pasa del 0,1% al 0,7% de su capitalización conjunta, según el informe de la CNMV. Y es que la rotación, que establece un mínimo de tres años sin volver a confiar la auditoría de cuentas a firmas que se hubieran ocupado de ello en los últimos cinco ejercicios precedentes, se da mayoritariamente sin salir de las cuatro grandes consultoras.
Tal es así que los informes de auditoría sobre las cuentas anuales del ejercicio 2017 recibidos por la CNMV fueron revisados por alguna de las ‘Big Four’ en un aplastante 95,6% de los casos, apenas 60 puntos básicos menos que el año pasado. Tres años antes, justo cuando se fijaba la obligación de rotar de vigilante, el porcentaje alcanzaba el 96,2% de todas las cuentas anuales remitidas al supervisor de los mercados españoles.