Ada Colau ha cumplido su compromiso con los taxistas. En pleno Mobile World Congress el Área Metropolitana de Barcelona ha dado la puntilla a los servicios de VTC que operaban con intermediación de Uber y Cabify: los viajes tendrán que ser contratados con una antelación mínima de una hora.
No sólo eso, es que se establecen también horarios de trabajo y días de libranza. En total, las VTC tendrán que dejar de trabajar dos días a la semana (uno de ellos de lunes a viernes). Además, establece dos turnos de trabajo: diurno y nocturno.
En el caso del diurno el horario se establece entre las seis de la mañana y las diez de la noche. Se podrá trabajar doce horas como máximo y tendrán dos horas de descanso para comidas. Para el nocturno, el horario será de diez de la noche a seis de la mañana, con un horario de ocho horas de trabajo como máximo.
Votos a favor
La normativa, que ha contado con el respaldo de los Comunes, PSC, CUP y la abstención del PdeCat, ERC, y el voto en contra de PP y Ciudadanos, será ratificada en un período de 30 días ya que ahora mismo hay tiempo para alegaciones.
El reglamento para regular las VTC en Barcelona recoge también la creación de un registro de viajes que se hagan en la ciudad, lo que supone el primer paso para el establecimiento de la licencia urbana una vez que pueda imponerse dentro de cuatro años.
Refleja también la necesidad de que la geolocalización esté desconectada, de modo que un usuario no pueda saber dónde está el coche hasta que haya efectuado la reserva. Se establece también el deambuleo de las VTC por la ciudad a la espera de que les entre un servicio, y les recuerda que deben volver a la base o estacionar en un aparcamiento.
Una vez que el reglamento entre en vigor afectará, sobre todo, a las VTC tradicionales dado que Uber y Cabify ya anunciaron su adiós a la ciudad Condal. Lo hicieron después de que la Generalitat aprobara el decreto para regular a Uber y Cabify, y que exigía una precontratación previa de 15 minutos.
De hecho, este martes hemos conocido que el consitorio y la Generalitat presionaron al Mobile World Congress para vetar a Cabify en una de las conferencias que se iban a pronunciar en la feria.