La compañía sueca de alquiler de patinetes, Voi, ha cerrado una ronda de financiación por valor de 26,4 millones de euros. Los inversores previos Vostok New Ventures, Balderton Capital, LocalGlobe, Raine Ventures, junto a Project A y Creandum facilitarán la expansión por Europa de la compañía.
En cuestión de 7 meses, la empresa ha acumulado más de 400.000 usuarios, que han realizado más de 750.000 trayectos en total y recorrido más de un millón y medio de kilómetros – el equivalente a dar la vuelta a la tierra 37 veces. Sus patinetes han llegado a varias ciudades suecas y a la capital danesa, donde según Voi "alcanzarán la rentabilidad en el primer trimestre de 2019".
Además, los patinetes Voi también están en Francia, España y Portugal. "Desde este lunes, también estarán disponibles en Oslo, y llegarán a Helsinki y otras ciudades a lo largo de este mes", ha explicado la empresa en una nota de prensa.
Expansión e I+D
Esta última ronda de inversión permite a la start-up continuar expandiéndose en nuevas ciudades en Italia, Alemania, Noruega y Francia. Voi, que construye su propia tecnología end-to-end, también duplicará su inversión en I+D, incluyendo el desarrollo de nuevos vehículos y el refuerzo de su producto y equipo. La compañía ya cuenta con incorporaciones de Spotify, Uber, Bird, BCG, Avito, Budbee, Glovo, Cabify y muchas otras empresas de primer nivel.
“Este característico enfoque escandinavo al crecimiento – basado en el diálogo, transparencia y sostenibilidad- garantiza que solo entramos en mercados donde activamente se nos quiere y tenemos un papel real que jugar, mientras ponemos a los ciudadanos en el centro de todo lo que hacemos”, sostiene Fredrik Hjelm, CEO de Voi
Dado que algunas ciudades europeas acogen a varios operadores de patinetes eléctricos compartidos, Voi ha ayudado a establecer un Código de Conducta común en Estocolmo y otras ciudades. En base a la experiencia y las mejores prácticas adquiridas operando en múltiples ciudades europeas, y a sus más de 150.000 usuarios en la capital sueca, el Código de Conducta es una manera informal de regular el comportamiento de los operadores como alternativa a la regulación formal.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, la iniciativa surgió en la ciudad de Málaga donde este tipo de vehículos no están regulados. Fuente de Voi explican que "es necesario cumplir con las directrices establecidas por el Consistorio, aunque hay algunas empresas que no lo están haciendo".
Este Código establece un marco común para los operadores, comprendiendo ámbitos como las reclamaciones, el mantenimiento y control de calidad del servicio, así como las medidas de seguridad y las normas sobre el intercambio de datos con los Ayuntamientos.