Las obras de la línea de alta velocidad que unirá Dallas y Houston comenzarán a finales de 2019. El proyecto, en el que participan Renfe y Adif, tardará unos cinco años en ponerse en marcha según las estimaciones de Texas Central, la compañía impulsora del proyecto.
Esta infraestructura es uno de los proyectos ferroviarios más importantes de Estados Unidos. Es, junto con otro proyecto californiano, la primera línea de alta velocidad que se pondrá en marcha en un país en el que esta opción de movilidad había sido descartada hasta el momento.
A diferencia de los corredores de alta velocidad europeos, donde los fondos destinados a construir las infraestructuras son de carácter público, en el caso de la ruta Dallas-Houston la inversión proviene de fondos privados. El proyecto tiene un presupuesto inicial de entre 12.000 y 15.000 millones de dólares.
El proyecto pretende unir en 90 minutos a estas dos ciudades americanas, separadas por 240 kilómetros, en una ruta que pretende tener circulaciones en ambos sentidos cada 30 minutos. La línea de alta velocidad pretende eliminar más de 14.000 trayectos de automóviles al día de las carreteras que unen ambas poblaciones.
Según las estimaciones, los pasajeros podrían viajar unos 50 minutos más rápido en comparación con la duración del trayecto en avión y una hora y 10 minutos más rápido que si se realizara el viaje en coche.
Texas Central utilizará la nueva generación de trenes japoneses Shinkansen, el N700 Supreme. De hecho, el tren seguiría el modelo del sistema de trenes de alta velocidad Shinkansen de Japón que viaja entre Tokio y Osaka
Los impulsores de esta infraestructura han señalado que esperan ingresar 36.000 millones de dólares a lo largo de los primeros 25 años de operación. Las obras necesarias para su puesta en marcha generarán 10.000 puestos de trabajo durante los cinco años en los que se estima que duren las obras. Una vez puesto en marcha el proyecto se crearán 1.500 puestos de trabajo permanentes.
El papel de Renfe y Adif
Renfe y Adif llegaron a un acuerdo el pasado año para participar activamente en este proyecto. En un primer momento participarán en la asesoría inicial que incluye las fases de desarrollo, diseño y construcción. Una vez terminada la obra, ambas compañías participarán en la operativa de los trenes, el mantenimiento de las instalaciones y servicios asociados a la venta de billetes.
Al anunciar el acuerdo, ambas compañías españolas destacaron que este proyecto es la "primera línea de alta velocidad ferroviaria privada del mundo". En su comunicado conjunto destacaron que "pone de manifiesto la viabilidad del negocio de la alta velocidad".
Además, las compañías destacaron que un hecho significativo: que un estado como Texas, referente en el desarrollo de combustibles fósiles, se haya convertido en un líder en Estados Unidos en apostar por un sistema de movilidad sostenible con el medio ambiente, es un ejemplo "del cambio cultural y social que se está produciendo globalmente".
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