La historia de la aviación comercial no se puede entender sin la familia 737. En la década de los 60, Boeing detectó la necesidad del mercado de contar con aviones de corto alcance. Aeronaves capaces de recorrer más de 6.000 kilómetros de distancia con capacidad para transportar a 100 pasajeros.
En ese momento nació la familia 737. El mayor y más longevo éxito comercial de la industria aeronáutica que lleva reinando medio siglo en la categoría más importante de este negocio. Un reinado que los problemas del 737 MAX, el que debía ser heredero de la corona, pone en peligro.
¿Pueden dos accidentes mortales en cuatro meses llevarse por delante 50 años de prestigio? A priori parece imposible, pero la historia de la aviación ha vivido grandes shocks. El negocio de transportar pasajeros entre dos puntos a lomos de un avión depende, sobre todo, de la seguridad. Mucho más que en cualquier otro medio de transporte. Cada año el avión se impone al coche, al tren e incluso al barco, como el modo de transporte más seguro. Esto hace que el mercado sea implacable cuando detecta un fallo de seguridad.
Se cuentan con los dedos de una mano las líneas aéreas que han sobrevivido a un accidente aéreo. En España aún tenemos bien reciente el caso de la difunta Spanair. En el caso de los constructores aeronáuticos el efecto suele ser menos devastador. ¿Por qué? Porque en un accidente aéreo afectan multitud de factores que poco tienen que ver con el propio avión.
Las decisiones humanas suelen tener un peso enorme en este tipo de catástrofes. Decisiones de los pilotos, del control aéreo, fallos en el mantenimiento... Las causas para que se produzca un accidente que cueste vidas suelen estar repartidas. Tienen que fallar muchas cosas a la vez para que se llegue a la tragedia. En muy pocas ocasiones la máquina es la única causante de un accidente.
Desde el sector aeronáutico cunde la prudencia en los últimos días. Una cautela que ha llevado a las autoridades de seguridad aérea de multitud de países a hacer aterrizar a los 737 MAX. Hasta que se conozcan las causas del accidente sufrido por un modelo de esta familia operador por Ethiopian Airlines, cientos de aviones se van a quedar en tierra.
La similitud de este accidente con el sufrido hace algo más de cuatro meses por Lion Air ha generado una gran alarma social. Esa situación ha empujado, tras 24 horas en las que sólo China e Indonesia habían apostado por no dejar volar a los 737 MAX, a que este modelo se mantenga dentro de los hangares de medio mundo.
Pese al gran reparo que existe en el sector a la hora de emitir opiniones sobre estos accidentes, hay un argumento que se repite de forma regular en estos días. Si el problema estuviese totalmente circunscrito al avión, ¿por qué los accidentes no han ocurrido en Estados Unidos o en China que son los mercados en los que más opera este modelo?
Peso sistémico del 737 MAX
El 737 MAX es un programa clave en el futuro de Boeing. Se trata de la evolución de la familia 737 conceptualizada con un objetivo fundamental: la eficiencia en el consumo de combustible. Desde 2006 Boeing estaba estudiando cómo evolucionar la familia de aviones. El 30 de agosto de 2011 la versión MAX vio la luz. Este concepto nació con la bandera de consumir un 16 % menos que los A320 de Airbus y un 4% menos que su versión más moderna, el A320neo.
Desde su lanzamiento el 737 MAX estaba siendo un éxito comercial. Acumula 5.100 pedidos, de los que 4.699 están pendientes de entregar. Una cifra que supone una gran parte del trabajo futuro de la división de aviones comerciales de Boeing que, actualmente, es de 5.870 aviones de todas las familias. Sólo en lo que va de año, de los 43 pedidos que acumula la compañía estadounidense, 25 son de 737 MAX.
Además, el segmento de este tipo de aeronaves es el que más ingresos futuros va a generar en el sector aeronáutico. Según las previsiones de Boeing, entre 2018 y 2037 las aerolíneas de todo el mundo van a necesitar más de 31.000 aviones de estas características.
Se esfuman más de 20.000 millones en Bolsa
En este contexto la acción de Boeing está sufriendo mucho durante esta semana. Sus acciones han firmado dos jornadas de caídas que han hecho a la empresa perder más de 20.000 millones de valoración bursátil.
El martes, las acciones del fabricante aeronáutico arrancaron con caídas que rondaban el 3% durante las primeras horas de cotización. Sin embargo, después de que varios países decidieran suspender los vuelos del 737 MAX, la acción llegó a caer un 7,73%. Al cierre de la jornada, las acciones de Boeing se quedaron en 375,41 dólares, un 6,11% menos que el cierre del lunes.
La jornada anterior los títulos de la estadounidense cedieron un 5,4%, dejándose más de 10.000 millones de dólares en un solo día.
Los mercados son impacientes en un momento en el que Boeing necesita tiempo. El constructor aeronáutico necesita aclarar las causas del último accidente y valorar la gravedad de los problemas del 737 MAX. Los próximos días serán claves para entender la dimensión del problema.
Estados Unidos no los deja en tierra
Al contrario de lo que han hecho varios países europeos, La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) no ha ordenado dejar en tierra los aviones Boeing 737 MAX 8.
Según señaló en un comunicado, "hasta ahora, nuestra revisión no muestra problemas sistémicos de rendimiento y no proporciona ninguna base para ordenar dejar en tierra el avión".