Francisco González ha dado un paso al lado. El expresidente de BBVA, Francisco González, ha decidido abandonar "temporalmente" los cargos en la Fundación y en el banco mientras concluyen las investigaciones en curso sobre el 'caso Villarejo' para "evitar que se utilice su persona para dañar a la entidad".
En una carta remitida al presidente del banco, Carlos Torres, a la que ha tenido acceso Europa Press, González se muestra convencido de que su decisión "ayudará a entender con qué rigor, falta de interés personal y compromiso hemos trabajado durante tanto tiempo".
De hecho, en dicha carta recuerda que impulsó la puesta en marcha de una investigación sobre los trabajos de Cenyt el pasado verano. "Mi intención era la de disponer de toda la información sobre estos asuntos con el fin de asegurar que el banco había actuado de acuerdo con sus principios de legalidad y publicidad". Apunta así a la posterior ampliación por parte de Torres de la investigación, que prevé que se complete de la forma más "rigurosa y exhaustiva" posible.
La presión
González, que pide a su sucesor que traslade la carta al consejo de administración con todo su "afecto y gratitud", señala que desde hace un año "hemos sufrido una larga y continua agresión mediática derivada de las investigaciones" por parte de la policía y la justicia. "Un caso de gran repercusión periodística en torno a un excomisario de policía y su trabajo al frente de una empresa de investigación contratada en su día por el banco", sentencia.
En los últimos días la presión sobre Francisco González se había vuelto insostenible. Las informaciones publicadas en los últimos meses sobre la 'Operación Trampa' hacían que muchos en el entorno del banco pusieran en duda su presencia en los puestos honoríficos del BBVA.
La carta de González a Carlos Torres se conoce un día antes de la celebración de la Junta General de Accionistas del banco, que se celebra en Bilbao. Un encuentro que se avecina complejo para el nuevo equipo. Los accionistas del banco van a exigir a Torres respuestas ante la situación que vive la entidad tras la aparición del fantasma de Villarejo.
La decisión, un 'capote' para Torres
Pese a que la vinculación de Torres con los presuntos casos de espionaje del excomisario para el BBVA es nula, es a él a quien le corresponde tomar decisiones. Por tanto, el adiós del expresidente a sus cargos honoríficos en el BBVA supone un 'capote' ante la posible toma de decisiones.
Aunque haya renunciado, seguramente habrá preguntas sobre su figura, pero ahora el presidente del BBVA tiene cierto margen para responder. Podrá pedir a los accionistas confianza en las investigaciones que se están llevando a cabo por parte de PwC, Garrigues y Uría, y que tardarán aún meses en dar sus frutos.
Algunos grandes inversores ven con preocupación cómo Villarejo amenaza con una crisis reputacional sin precedentes para el BBVA. La decisión de González de dar un paso a un lado de forma temporal ayuda a que Torres afronte la junta más protegido. No hay que olvidar que el propio Banco Central Europeo había pedido a la entidad que aportara claridad sobre los presuntos casos de espionaje con la mayor brevedad posible.