La junta de accionistas de los supermercados Dia que se celebra este miércoles promete ser de infarto. Todo apunta a que será el fondo LetterOne (con el magnate Mikhail Fridman a la cabeza) el que se imponga con su ampliación de capital de 500 millones (condicionada a que salga de adelante la opa que ha lanzado), aunque el Consejo de Administración tiene esperanzas en sacar adelante la suya de 600 millones.
La clave de lo que ocurra estará en la asistencia que haya, explican fuentes conocedoras, algo en lo que tanto la propia empresa como algunos sectores de minoritarios llevan trabajando semanas. También será importante conocer qué posición adoptan los grandes accionistas (al margen de LetterOne, que ostenta el 29%), y ahí parece que la cosa puede estar complicada para ambos contendientes.
El luso Luis Amaral se posicionaba la semana pasada a favor del Consejo, siempre que se garantizara una valoración económica de Dia posterior a la ampliación de 1.000 millones de euros. De momento no hay constancia de que se le hayan ofrecido esas garantías, por lo que se da por descontado que podría rechazar la propuesta del magnate ruso y abstenerse en los postulados del consejo de administración.
La postura de los mayoritarios
Importante será también la posición que adopte la sindicatura de accionistas que lidera el francés Gregoire Bontoux (y que cuenta con más del 3%). Las fuentes conocedoras de las negociaciones consultadas por EL ESPAÑOL confirman que, en este momento, la idea es abstenerse ante ambas ampliaciones.
¿Y qué va a hacer la Asociación Defensores de Dia? Pues, salvo sorpresa, oponerse a los planteamientos de Fridman y el Consejo. De hecho, esta asociación confía en contar con un gran apoyo por parte de minoritarios en forma de delegación de voto.
Estos dos últimos grupos han estado maniobrando las últimas semanas para intentar articular propuestas alternativas a las que hay encima de la mesa, pero no ha sido posible. La sindicatura confiaba en lograr el respaldo financiero suficiente para lanzar una contraopa, mientras que la asociación de minoritarios ha estado intentando encontrar un caballero blanco que se pusiera al frente, aunque no han tenido éxito. Ahora intentan sacar otra alternativa que contempla la puesta en valor de los inmuebles de Dia a través de una socimi.
Un Consejo sin respaldo accionarial
A la vista de estos movimientos parece que todo quedará en manos de los minoritarios, y de los posibles títulos ‘en corto’ que tenga atados el magnate Fridman. Sea como sea, lo que parece claro es que será una junta de infarto en la que todas las partes se la juegan. En especial porque los accionistas tendrán que elegir una propuesta u otra, no hay alternativa posible. Bueno, sí, un escenario casi impensable que pasaría por el rechazo a ambas propuestas lo que abocaría a una situación de bloqueo en la compañía.
Sea cual sea el resultado la situación será incierta. Sobre todo porque Fridman no cuenta con el respaldo de la banca, algo que sí tiene el Consejo que, por el contrario, en este momento no tiene el apoyo de ninguno de los accionistas mayoritarios de la compañía. ¿Quién da más?