Ahora sí, empieza el juego. Los accionistas de Dia han decidido qué opción prefieren para la compañía, y se han decantado por el plan de LetterOne, el vehículo inversor de Fridman; es decir, por la ampliación de capital de 500 millones, sujeta a que salga adelante la opa.
Se abre desde ahora una batalla a contrarreloj, que tendrá que ser resuelta en los próximos dos meses para evitar el concurso de acreedores de la compañía que dirige Borja de la Cierva. En ese tiempo, tienen que ocurrir varias cosas. Dia necesita ingresar de forma urgente 100 millones de euros, por sus fondos propios negativos. Así, según la Ley de Sociedades, la compañía tiene el plazo de dos meses para resolver su déficit de capital.
Por otra parte, el magnate ruso necesita que la CNMV dé luz verde al folleto de su opa. De momento, han recibido el visto bueno de las autoridades de Competencia de Brasil y de la Comisión Europea. Después de esto, no obstante, tendrá que conseguir que los accionistas suscriban la opa. Fridman da pocas opciones. En un comunicado hecho público este miércoles, tras la celebración de la junta, el fondo dejaba claro que el futuro de Dia depende de que salga adelante esta operación.
En este sentido, Stephan DuCharme, máximo representante del fondo, destacaba: “Los accionistas tendrán dos opciones: aceptar la propuesta de LetterOne y vender sus acciones a un precio con prima de 0,67 euros por acción o conservar sus acciones y aceptar el riesgo de un futuro incierto para el negocio”. Por lo que apostillaba: “Animamos a todos los accionistas a acudir a la opa”. Hasta que la operación no salga adelante, el fondo ha asegurado que no pondrá más dinero en la compañía.
No obstante, ya hay quien, entre los accionistas minoritarios, ha avanzado que no irá a la opa. El primero de ellos, el portugués Luis Amaral. El luso se puso del lado del consejo y dijo que por 0,67 euros no vendía. Por su parte, la sindicatura que lidera el francés Gregoire Bontoux, y que se ha abstenido ante las opciones del consejo y también de LetterOne, ahora podría tratar de armar una contraopa. Asimismo, la Asociación de Defensores de Dia, se ha opuesto a los dos planteamientos.
El acuerdo con los bancos, condición necesaria
Por si fuera poco, ahora la pelota está también en el tejado de la banca. Fridman debe llegar a un acuerdo de refinanciación con los bancos acreedores (Santander, BBVA, Deutsche Bank, Barclays, JP Morgan, BNP Paribas, ING y Bankia) que deberán decidir cómo mueven sus fichas.
Este martes, horas antes de que se celebrara la junta de accionistas, Dia informaba de que había llegado a un acuerdo para ampliar su financiación hasta 2023. Los bancos habían fijado las condiciones para refinanciar la deuda de la compañía. Entre ellas, la venta de los establecimientos Max Descuento y Clarel "por importe no inferior a los 100 millones de euros" y un Ebitda "igual o superior a 174 millones de euros en cada periodo de 12 meses que finalice el 31 de diciembre de 2019 y el 30 de junio de 2020".
Sin embargo, ese acuerdo, después de que los accionistas hayan optado por la vía de Fridman, queda en papel mojado. Y el ‘ganador’ de esta junta deberá volver a sentarse con los bancos para ver cuáles son sus opciones en cuanto a refinanciación, ya que Dia debe más de 900 millones de euros. Por lo tanto, el acuerdo con la banca también será necesario para evitar el concurso de acreedores.
Toda una retahíla de frentes abiertos que, una vez elegido el modo de tratar de reflotar la cadena, tendrán que ir resolviendo Fridman y los suyos. El tiempo apremia.