Boeing 747: el avión que sobrevivió al A380 y en el que vuelan J Balvin, Rosalia y el Guincho
La icónica aeronave estadounidense sirve como pista de baile para el intento de canción del verano del trío musical de moda.
30 marzo, 2019 02:39Noticias relacionadas
- El piloto del 737 MAX de Lion Air estaba consultando el manual del avión cuando se estrelló
- Ethiopian defiende que sus pilotos recibieron la formación recomendada por Boeing y la FAA
- Los Boeing 737 MAX accidentados no contaban con mecanismos de seguridad opcionales
- Boeing convoca a 200 reguladores, pilotos y técnicos de todo el mundo a una reunión en su sede
- China compra 290 unidades del A320 de Airbus, la aeronave rival del 737 MAX de Boeing
- TUI cifra en 200 millones de euros el impacto de dejar en tierra sus 15 aviones Boeing 737 MAX
- Boeing intenta recuperar la confianza en el 737 MAX con cambios mínimos en software y manuales
Todo spotter que se precie habrá caído en la cuenta de que Rosalia, J Balvin y el Guincho han optado por un Boeing 747 como pista de baile en su último videoclip. No, con spotter no estamos hablando de un nuevo estilo musical que quiere hacerse con el trono que actualmente ostenta el reggeton. Se conoce por spotters a aquellos amantes de los aviones que pasan cientos de horas observando y fotografiando aeronaves en los alrededores de los aeropuertos.
Para la mayoría del resto de los mortales, las diferentes estancias en las que tiene lugar el filme, pueden formar parte de un avión inventado para la ocasión. El gran tamaño de la aeronave o la existencia de una escalera que conecta los dos pisos dentro del avión, harán pensar al espectador medio que se trata más de una licencia que se toma Director X -el exitoso director de videoclip que ha hecho piezas para Drake o Justin Bieber entre otros- que de una aeronave comercial.
Paradojicamente, este avión, además de ser real, es uno de los más icónicos, emblemáticos y longevos de la historia de la aviación comercial. El pasado mes de febrero se cumplieron 50 años del primer vuelo de prueba del Boeing 747. Aeronave que, en 1970, comenzó su andadura comercial transportando a pasajeros de la mítica Pan Am y que hoy continúa vendiéndose.
En la década de los 60, las aerolíneas estadounidenses detectaron que la aviación comercial iba a vivir un gran boom. Para hacer frente a la futura demanda de los pasajeros, iban a necesitar aviones más grandes y que volaran más lejos. Una demanda compartida por el negocio del transporte aéreo de mercancías, que también anticipaba un crecimiento exponencial por aquellos años.
Icónica Joroba
De hecho, las mercancías jugaron un papel decisivo en el diseño del 747. En la respuesta a los requerimientos hechos por las empresas logísticas, se encuentra el origen de uno de los rasgos más definitorios de este avión: su icónica joroba. En un principio, esta peculiaridad de la aeronave fue necesaria para que la parte delantera del avión pudiera abrirse, como si de una boca se tratara y así maximizar la facilidad de acceso de la carga de mercancía.
Esta solución permitiría habilitar un espacio extra en las versiones destinadas a los vuelos comerciales de pasajeros. La parte trasera de la cabina de los pilotos, que se comunica con el piso inferior del avión con una escalera de caracol, ha sido utilizada por las aerolíneas de medio mundo de forma muy distinta. Dependiendo del nivel de lujo con el que se dotaba a la cabina de este avión, este piso ha servido para meter más pasajeros regulares, para ubicar las plazas más selectas de la primera clase - en asientos que se convierten en camas totalmente horizontales - o para crear un bar sólo al alcance de los pasajeros de negocios. Algo no tan alejado a lo que vemos en el videoclip.
Durante su casi medio siglo de andadura, el 747 ha sido una de las aeronaves más exitosas comercialmente hablando. Entre las versiones de pasajeros y de carga, este avión acumula más de 1.400 entregas, una cifra al alcance de muy pocas aeronaves.
Con el paso de los años, Boeing ha conseguido optimizar tanto su capacidad, como la eficiencia de sus cuatro motores. De los 400 pasajeros iniciales, se ha pasado a más de 600. Y del mismo modo, frente a los 9.000 kilómetros de la primera autonomía, la última versión es capaz de volar entre dos puntos separados por 15.000 kilómetros.
La respuesta de Airbus
El éxito comercial del 747 hizo que, durante la década de los 80, su rival europeo, Airbus se lanzara a intentar superar las capacidades de esta aeronave. De ese deseo nació el A380, el avión de pasajeros más grande del mundo, que comenzó a operar en 2007. Un avión que tenía un rango de vuelo igual al del 747 pero que era capaz de transportar a más de 800 personas en su interior.
Pese a que en un primer momento parecía que 747 y A380 iban a disputar una encarnizada competencia por ver qué aeronave se imponía en el transporte de pasajeros de largo alcance, el cambio de tendencia de la aviación comercial los ha relegado a un papel secundario.
Entre las décadas de los 60 y los 80, el modelo de la aviación intercontinental estaba centrado en los hubs: grandes aeropuertos que conectaban ciudades con un alto volumen de pasajeros como Londres, Nueva York, Frankfurt, Atlanta... Una vez realizado el salto entre estos destinos, el pasajero sería llevado a la ciudad en la que terminaba su viaje con aviones más pequeños, para lo que debería realizar escalas.
Desde la década de los 90, se comenzó a ver que este modelo no iba a ser sostenible a largo plazo. Las aerolíneas se acercaron a Boeing y Airbus y les hicieron entender, que en el futuro de su negocio lo importante no era tener aviones con una gran capacidad y autonomía. La clave era contar con aeronaves eficientes con las que fuese posible unir destinos directos sin necesidad de pasar por los, cada vez, más congestionados hubs.
Este modelo terminó imponiéndose y provocó la aparición primero del 787 de Boeing y poco más tarde del A350 de Airbus. Aviones capaces de recorrer distancias similares a las del 747 y A380 pero que, gracias a contar con dos motores supereficientes en lugar de con los cuatro de sus predecesores, ofrecen una reducción de costes muy notable a las aerolíneas.
Lejos de ser un problema, contar con menor capacidad de transportar pasajeros, permite tanto el 787 como al A350 ayudar a que las aerolíneas abran nuevas rutas directas entre ciudades secundarias. Aunque estas urbes no cuentan con la misma población de los grandes hubs, sí tienen suficientes pasajeros potenciales como para justificar la puesta en marcha de una ruta aérea.
¿Larga vida al rey?
¿Ha supuesto la competencia del A380 y el cambio del modelo de la aviación comercial el fin para el 747? Nada más lejos de la realidad. La icónica aeronave de Boeing ha conseguido 81 pedidos durante la última década. Concretamente, en el último año recibió 18 órdenes de compra.
Aunque Boeing en ningún momento ha dejado entrever duda alguna sobre el futuro de esta aeronave, en el sector aeronáutico la opinión mayoritaria indica que, en la era de los combustibles fósiles, los cuatro motores del 747, por muy eficientes que sean, lo van a hacer cada vez menos atractivo para las aerolíneas.
¿Esto va a implicar el final de este programa? Mientras las líneas aéreas lo sigan pidiendo, por pocos que sean, es muy probable que el 747 se siga fabricando. Al tratarse de un avión con tantos años de vida y pese a haber vivido evoluciones, la inversión necesaria para mantener las plantas que lo fabrican no es muy significativa.
Además, la decisión de Airbus de dejar de fabricar su A380 en 2021 hace que el jumbo estadounidense se quede sólo en la categoría de gran capacidad, tanto en carga como en pasajeros.
Decisiones como que Rosalia, J Balvin y el Guincho opten por el 747 para rodar su último videoclip parecen indicar que, aunque vivamos tiempos dominados por los aviones pequeños y eficientes y por los ritmos urbanos y latinos, a este viejo rockero le quedan aún muchos horas de vuelo en sus alas.