Vivo es la marca de Telefónica en Brasil, donde es el líder del mercado y un referente para el grupo. Pero Vivo también es una marca de teléfonos chinos. Y están a la gresca por ver cuál de los dos sale vivo -nunca mejor dicho- de esta guerra, en la que han llegado a participar hasta cuatro Vivos diferentes.
Vivo Communication Technology es una marca china que fabrica y vende teléfonos, accesorios de software y servicios online. Es la sexta del planeta, por detrás de Samsung, Huawei, Apple, Xiaomi y Oppo. Pero teniendo en cuenta que su matriz es el coloso BBK, que controla tanto a Oppo como a Vivo, OnePlus e imoo, entre otras, su peso específico es aún mayor. Vivo tiene su propia tienda de aplicaciones y su propia versión de Android, Funtouch OS.
Su plantilla cuenta con más de 40.000 empleados con una edad media de 29 años y centros de producción de I+D en China, India, Indonesia y EEUU. Sus ventas se deben especialmente a los mercados de India, China, Indonesia, Malasia, Vietnam, Tailandia, Birmannia y Filipinas. Hace ya tiempo firmó un contrato de 4.000 millones con Qualcomm para usar sus patentes y llegar al mercado europeo, así como para proseguir con su expansión en todo el mundo.
Llegó a un acuerdo con Marvel, por ejemplo, para que en la película de 2016 Capitán América: Civil War se utilizasen sus teléfonos. En junio del año siguiente confirmó sus ambiciones globales firmando un acuerdo para patrocinar el Mundial de Rusia y también el de Qatar. Ese mismo año dio un paso importante para sus aspiraciones: intentó registrar su marca en Europa. Concretamente, intentó registrar muchas cosas.
En enero, intentó registrar el logo en negro. En abril, probó con el azul. En agosto amplió el número de categorías de Niza. En septiembre volvió a presentar una solicitud. Otra en octubre. En 2018 intentó que colase Vivonex’ en honor a su nuevo teléfono. Después probó con Nexvivo, Vivo Nex y Nex Vivo. Pero todas y cada una de esas marcas se han enfrentado a recursos.
Telefónica y Brasil
El primer escrito de oposición lo presentó Telefónica, representada por la firma Intecser. Después saltaron su filial brasileña, representada por Simões, Garcia, Corte-Real & Associados; el diario alemán Handelsblatt -su revista Wirtschaftswoche tiene registrado ‘Wiwo’- y Vivo International, una empresa británica de recursos humanos. La carta de la filial brasileña de Telefónica dejaba claro que tenía registrada la marca con los números 9.614.637 y 9.614.579 desde 2014. Concretamente, lamentaba que la marca es “muy similar -de hecho, casi idéntica- a la del oponente a nivel visual, fonético e incluso conceptual”.
Lo más gracioso es que, en julio de 2018, la teleco española estaba lanzando un registro de una versión actualizada del logotipo, que la compañía china, hoy representada por Ballester IP, reclamó a su vez basándose en que era muy parecido al que habían presentado en enero.
Lo mismo le pasó a su filial brasileña, que intentó registrar otra imagen de marca en mayo de 2018 y hoy se encuentra en proceso de oposición por parte de los chinos.
¿Cómo va a terminar esto?
Las oposiciones de la empresa alemana y la británica ya se han caído, pero teniendo en cuenta que el registro original de Vivo es de 2014, parece difícil que los chinos, cuya compañía se fundó en 2009 y hasta hace poco era casi una desconocida, se salgan con la suya.
Fuentes oficiales de Telefónica confirmaron a EL ESPAÑOL que esta ‘guerra’ de marcas está muy cerca de llegar a un armisticio, aunque no ofrecieron detalles sobre las condiciones del mismo ni las fechas exactas. Y si el lector se pregunta por el interés de Telefónica en mantener esta marca, baste señalar una anécdota.
Cuando la operadora buscaba una posible denominación para su segunda marca de "fibra, móvil y sencillez", terminó quedándose con O2. Pero hubo muchas voces dentro de la compañía que presionaron para que fuese la brasileña. Así que no conviene desechar la posibilidad de que, si vuelve a surgir la oportunidad, el Vivo de la operadora tenga un sitio en Europa.