Repsol no cierra la puerta a adquisiciones. Aunque, eso sí, la apuesta principal de la petrolera pasa por el crecimiento orgánico. Así lo ha explicado el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, durante la conferencia con analistas posterior a la presentación de resultados.
Unos resultados, los del primer trimestre, en los que Repsol ha alcanzado un beneficio neto de 608 millones de euros, una cifra similar a los 610 millones que la compañía obtuvo entre enero y marzo del ejercicio anterior.
Durante este periodo, por su parte, el beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios de la compañía (al excluir el efecto del valor de los inventarios y los resultados no recurrentes), se situó en 618 millones de euros, un 6% más que los 583 millones registrados en los tres primeros meses de 2018.
Preguntado por posibles compras, Imaz ha señalado que la compañía está revisando su portfolio "activamente". No obstante, ha explicado que, de llevar a cabo alguna operación inorgánica, la petrolera priorizaría "el retorno sobre el crecimiento".
En la presentación a los analistas, la petrolera reiteró sus objetivos de un resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado de 8.000 millones de euros para 2019, de un capex orgánico de 3.800 millones de euros y de una producción media de 720.000 barriles equivalentes de petróleo.
Sigue dando la batalla en electricidad
Dispuestos a sacar a Viesgo de su zona de confort, después de adquirir sus activos de generación eléctrica en noviembre, Repsol sigue aumentando su cartera de clientes de Repsol Electricidad y Gas.
Así, a cierre del primer trimestre superaba los 830.000 clientes, 20.000 más de los que tenía a finales de febrero; la base de clientes con la que adquirió los activos de la compañía era de 750.000. Para 2025, la petrolera pretende obtener para entonces una cuota de mercado minorista de electricidad y gas superior al 5% y 2,5 millones de clientes.
Opera "con normalidad" en Venezuela
En cuanto a Venezuela, el consejero delegado de Repsol ha afirmado que mantiene la operativa y su acuerdo de intercambio de crudo como pago de la deuda con la empresa.
"Reafirmamos nuestra voluntad de continuar con nuestros negocios en el país como lo hemos hecho durante más de 25 años", ha explicado Imaz, que ha señalado que la compañía va a "priorizar la seguridad de nuestra gente y nuestras operaciones". "Trabajamos en el país con el pleno cumplimiento de las leyes locales e internacionales”, ha dicho el consejero delegado.
Según señala en su informe de estados financieros del grupo del primer trimestre, Repsol ha proseguido recortando ligeramente su exposición patrimonial en Venezuela, situándola a cierre de marzo en los 436 millones de euros, frente a los 456 millones de euros a finales de 2018.
En este sentido, la petrolera ha seguido adoptando las medidas necesarias para continuar su actividad en el país "con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones" y haciendo "un seguimiento constante de su evolución", y por tanto, de los efectos que pudieran tener sobre sus actividades.
A cierre de 2018, Repsol situó su exposición patrimonial en Venezuela en 456 millones de euros, tras recortarla casi un 70% con respecto a los 1.480 millones de euros a que ascendía a finales de 2017.
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