Este miércoles Telefónica anunció la venta a Asterion de once de sus 25 centros de datos repartidos en todo el mundo. La operación se cerró en 550 millones de euros y generará unas plusvalías de 260 millones, montante que se destinará íntegramente a reducir la deuda de la compañía, una de las prioridades de su presidente José María Álvarez Pallete y un objetivo que se ha cumplido con creces este trimestre.
La venta de los centros de datos se suma a otras importantes operaciones de enajenación de activos. En enero, Telefónica anunció la venta a América Móvil de su participación en las filiales de Guatemala y El Salvador en una transacción valorada en 570 millones de euros y por la que la compañía española, que controlaba el 60% de su accionariado, ingresó 342 millones. Por su parte, en febrero se anunció la venta de sus negocios en Costa Rica, Panamá y Nicaragua a Millicon por 1.450 millones de euros.
A estas operaciones hay que sumar la venta de su aseguradora Antares a Catalana Occidente por 161 millones de euros y la devolución de 702 millones de euros que Hacienda ha tenido que reembolsar a la compañía española por el exceso de Impuesto de Sociedades pagados entre 2008 y 2011. Pese a que la operadora tiene pendiente recurrir, este montante se incluirá en los resultados de este trimestre, según confirmó la propia operadora.
De esta manera, los resultados que se presentarán este viernes -sin contar el impacto de las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS)- mostrarán una deuda por debajo de los 40.000 millones de euros. Será la primera vez que ocurra desde la compra de O2, hace más de una década. Los resultados de 2018 reflejaron que la operadora española redujo su pasivo hasta los 41.785 millones, 2.455 millones menos que hace un año y un 5,5% de reducción.
Tres años, 10.000 millones
Esto significa que desde que José María Álvarez Pallete asumió la gestión de la compañía en abril de 2016, la deuda se ha reducido en más de 10.000 millones de euros, un 20% del total de la deuda existente al desembarcar en el primer sillón de Telefónica.
Al cierre del primer trimestre de 2016, la deuda neta financiera de Telefónica se situaba en 50.213 millones de euros, con un crecimiento trimestral de 292 millones de euros. Por el contrario, cumpliendo su tercer año completo de gestión Pallete presentará una deuda por debajo de los 40.000 millones hasta marzo de 2019, y con un retroceso trimestral superior a los mil millones.
En este trienio, el proyecto de Pallete ha logrado una gran reducción de deuda -el equivalente a la venta de O2, su filial en Reino Unido-; ha aumentado la generación de caja gracias a un crecimiento sostenido de los ingresos; y ha logrado una gran transformación y digitalización de los sistemas, convirtiendo a Telefónica en el operador número uno de fibra óptica de Europa.
Gracias a su política de desinversiones en activos no estratégicos, ventas de negocios puntuales y de gestión de capital, el presidente de la compañía ha logrado reducir más de 10.000 millones de euros de deuda en los últimos tres años, más de 12.000 millones cuando se consoliden todas las operaciones en marcha.
Operaciones pendientes
En el horizonte también se abre el cierre de otras operaciones como la venta del edificio de la operadora en Barcelona, por el que se espera obtener 150 millones de euros o rescatar viejos proyectos que han quedado aparcados ante las adversidades del mercado o las malas condiciones del sector a nivel internacional. Estamos hablando de la salida a bolsa de O2 y de movimientos puntuales en Brasil y Argentina.
Hace un año, Telefónica reconocía que uno de sus objetivos era sacar a bolsa su filial británica, pero el brexit y las condiciones de mercado han paralizado la operación. Según analistas de Bankinter, Telefónica podría obtener entre 3.000 y 4.000 millones de euros por el 40% de su filial británica en un movimiento que se realizaría "mediante una OPV instrumentada probablemente en varias etapas".
Respecto de los negocios en Latinoamérica las opciones más claras eran hace un año Argentina y Brasil, sus dos principales mercados en el continente. En el caso del primero, Bloomberg llegó a asegurar que una eventual salida a Bolsa era una opción que estaba sobre la mesa y que podría generar valor.
Lo mismo que Brasil, donde la OPV sería por el 30% de las acciones, lo que se traduciría en unos ingresos de 1.400 millones según dijeron en su momento analistas del Sabadell. En total, los analistas estiman que si además se moviese ficha en Colombia y en México, estaríamos hablando de unos ingresos superiores a los 4.000 millones. No obstante, en los últimos meses estas opciones se sustituyeron por la venta de los activos centroamericanos.