Unicaja y Liberbank han roto. Las dos entidades han decidido concluir las negociaciones sobre su fusión al ser incapaces de alcanzar un acuerdo en torno a la ecuación de canje. Es decir, el peso que ambas tendrían en el banco resultante.
Los consejos de administración de ambos bancos han tomado la decisión en sendas reuniones celebradas este martes. "El consejo de administración de Unicaja ha decidido por unanimidad dar por finalizados los contactos" con Liberbank, dice el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Una fórmula muy similar a la escogida por la entidad asturiana que, según explican las fuentes consultadas, no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer en cuanto al precio de la operación. Es decir, que no iba a aceptar la propuesta hecha por Unicaja que pasaba por un reparto del 60% - 40% del accionariado en favor de la entidad malagueña.
La ruptura de las negociaciones se producen pese a las presiones del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España (BdE) para que se avance en el proceso de consolidación financiera de nuestro país.
Altas exigencias de capital
Una de las mayores trabas que se han encontrado ambas entidades, tanto Unicaja como Liberbank, han sido las exigencias de capital. El BCE reclamaba que estuviera por encima del 13%. Sin embargo, para conseguir alcanzar semejante nivel tendrían que haber procedido a la venta de su participación conjunta en la aseguradora Caser.
La otra opción que se barajaba era una ampliación de capital tras la fusión, lo que haría que algunos de los accionistas de referencia de ambos bancos se vieran diluidos en la participación del nuevo banco.
Tanto Unicaja como Liberbank se han comprometido a mantener sus respectivas hojas de ruta por separado.