Amazon ha liderado la última ronda de financiación de Deliveroo, de más de 500 millones. Nadie ha dicho a cuánto asciende la inversión, exactamente, pero parece que es lo bastante importante como para posicionarse como uno de los principales accionistas. ¿Y qué interés tiene una empresa como Amazon en una compañía que se dedica al reparto de comida a domicilio?
A simple vista podría parecer que el movimiento de Jeff Bezos no tiene sentido, pero en realidad lo que ha hecho es poner la primera piedra del Amazon que tiene dibujado en su cabeza: una empresa que sea líder en el reparto y distribución de cualquier tipo de producto. De hecho, hace unos meses hizo sus pinitos en el delivery en Londres, una experiencia que resultó fallida.
Su apuesta por Deliveroo supone repetir lo que hizo en la distribución de los productos de supermercado, sobre todo de los frescos. ¿No damos con la tecla? Buscamos aliados como Dia en España, o compramos una de las mayores cadenas de los Estados Unidos como Whole Foods para aprender del negocio. Ni más, ni menos. Porque Amazon, según dicen quienes conocen bien cómo funciona, es experta en eso: en imitar y copiar modelos de negocio que luego mejora.
Con esos antecedentes no debería resultar extraño que, ante su fallido intento por entrar en la comida a domicilio, haya optado por buscar una apuesta externa: Deliveroo. Una compañía fundada en 2013 en Londres por Will Shu y Greg Orlowski y que buscaba ayudar a aquellos restaurantes que no contaban con una estructura suficiente como para hacer reparto a domicilio.
Seis años después la empresa tiene presencia en 14 países, opera con más de 80.000 restaurantes en todo el mundo y está presente en 500 ciudades. Además ha diseñado Editions, cocinas fantasma que alquila a los restaurantes para que no tengan que dedicar espacio en sus locales o, incluso, para aquellos que opten sólo por cocinar para Deliveroo. Es más, como decía su fundador Will Shu en una entrevista en EL ESPAÑOL, no puede descartarse que más pronto que tarde veamos marcas de restauración propias.
Estamos ante una de las grandes apuestas de futuro en un sector como el delivery que se presenta como una de las tendencias de mayor proyección en los próximos años. Un informe de UBS pronostica que en el año 2030 “la mayor parte de las comidas que se hagan en casa serán pedidos online y transportadas desde restaurantes o cocinas fantasma”.
Puede parecer exagerado, pero los nuevos apartamentos que se construyen en las grandes ciudades de Estados Unidos como Nueva York apenas cuentan con espacio para la cocina. Se da por descontado que la comida llegará a través de un repartidor montado en una bici o una moto. Pero la clave no es el ahora, es el mañana: los drones podrán rebajar el precio de entrega haciendo que los envíos de comida sean todavía más baratos.
Dice UBS que el sector de la comida a domicilio crecerá un 20% anual hasta alcanzar un volumen de 365.000 millones de dólares. Cifras que deben hacernos pensar de cuál es la tendencia que impera en este momento: pedir a golpe de click.
Basta un dato en España: sólo el sector del delivery creció un 26% el año pasado, según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa, en donde se apunta a que la facturación superó los 600 millones de euros.
Con esta tendencia alcista, no es de extrañar que Amazon apueste por Deliveroo. No es sólo una inversión, es mucho más: es la muerte de la cocina en casa por necesidad. Ya lo dijo Mercadona en su última presentación de resultados, cuando anunció su nueva sección de platos preparados: si en el futuro cocinamos en casa, será por hobby. Se quedará en el sueño de los ‘cocinillas’ que lo hacen por gusto, de quien quiera montar un restaurante o de quien aspire a entrar en Masterchef para convertirse en el nuevo Jordi Cruz o Pepe Rodríguez. Mientras tanto, Amazon ha hecho su apuesta por reinar en la alimentación del futuro.