Toda industria tiene sus propios tempos. Desde la automoción a la manufactura de teléfonos móviles, los distintos sectores que lanzan nuevos productos que impactan en nuestro día a día han vivido en las últimas décadas momentos de grandes disrupciones. Tomando los teléfonos móviles como ejemplo, tras el terremoto ocasionado por el nacimiento del iPhone, hemos pasado a una etapa en la que la innovación adoptaba un rol más incremental.
Una vez realizado un gran salto, el objetivo es llegar a los límites de esa era ofreciendo versiones cada vez más refinadas de un producto pero sin grandes cambios de concepto. Actualmente, Airbus y la industria aeronáutica en su conjunto viven un momento muy similar a la telefonía post-iPhone.
En estos momentos la meta de la industria no es conceptualizar una nueva familia de aviones que revolucione la forma en que nos transportamos. Airbus ha desgranado las líneas maestras de su estrategia de innovación de cara al futuro próximo. El fabricante aeronáutico europeo cuenta con dos ejes principales: conseguir aviones sustancialmente más eficientes partiendo de los diseños actuales y aumentar la base del negocio aeronáutico gracias a los servicios y a la digitalización.
Dos elementos no excesivamente sexys a priori pero que tienen un impacto muy profundo. De cara a la galería, la innovación disruptiva siempre tiene un componente más atractivo. Hace una década, los anuncios de los fabricantes de aviones se centraban en revolucionarios modelos que serían capaces de cambiar la aviación comercial tal y cómo la conocíamos.
Eran los años en los que venían de camino aeronaves capaces de transportar un número de pasajeros jamás visto antes, como el A380 de Airbus, o que tenían autonomía para cruzar medio mundo con dos motores en lugar de cuatro, como el A350 de la europea o el 787 de Boeing. Hoy la industria puede tener un tono más “aburrido” pero, en cambio, el impacto de los cambios que aporta de cara a la próxima década puede ser mucho mayor.
Foco en las necesidades de los clientes
Christian Scherer, máximo responsable comercial de Airbus, ha señalado que, actualmente, las aerolíneas tienen muy claro cuáles son sus prioridades. "Las líneas aéreas quieren reducir su consumo de combustibles, minimizar los costes de mantenimiento y operación y tener acceso a aviones con mejores precios".
En este mismo sentido, Philippe Mhun, vicepresidente de programas del fabricante europeo, ha señalado la importancia que tiene para la estrategia de Airbus centrarse en las necesidades de sus clientes. "Nuestra innovación no tiene que estar alineada con objetivos ingenieriles sino sobre las demandas concretas del sector de la aviación comercial".
Pero no todo se centra en la fabricación de aviones. Airbus quiere que los servicios jueguen un papel cada vez más relevante en su negocio. Scherer ha hecho hincapié en la gran oportunidad que representan para la empresa. "Durante la próxima década van a existir oportunidades de captación de negocios valorados en 10.000 millones de dólares en el campo de los servicios. Nuestras capacidades señalan dos vías principales en este sentido: la optimización de operaciones haciendo más predecibles las necesidades de nuestros clientes gracias a los datos y la mejora de la experiencia de usuario, donde el WIFI, el espacio, la iluminación o el sonido van a jugar un papel clave".
Y es que en los próximos años, el grueso de las aerolíneas comerciales de todo el mundo van a realizar la mayor renovación de su flota de aviones de la historia. En este contexto, la apuesta por modelos como el A320NEO, cuya principal evolución respecto a la familia anterior es su capacidad de consumir menos combustible, va a permitir que miles de aviones a lo largo de todo el mundo sean capaces de reducir un 15% su huella de carbono.
Una evolución que va a reducir de forma muy profunda el impacto que la aviación comercial, una de las más contaminantes a día de hoy, tiene en la sostenibilidad a nivel mundial.
Acelerar el ritmo de las entregas
El tercer pilar que sustenta la estrategia de Airbus de cara a los próximos años es la de aumentar su capacidad de entregar aviones a sus clientes. Concretamente, de los 800 conseguidos durante el pasado año, este ejercicio esperan llegar a las 880 o incluso 890 unidades. Una tendencia que esperan poder continuar durante los próximos años.
En este sentido, Michael Schoellhorn, responsable de operaciones (COO) de Airbus se ha mostrado seguro de conseguir el objetivo de cara a este año. "Estoy convencido de que podemos llegar a cumplir nuestros planes de 2019. En el futuro esperamos ser capaces de tener un flujo de entregas más estable, independientemente de la época del año que sea. Hasta que lo consigamos, a final de año vamos a ser capaces de llegar al nivel de entregas que queremos".
Al ser cuestionado por si la crisis que vive su rival Boeing con el 737 MAX ha supuesto algún cambio en sus estrategias, Schoellhorn ha sido contundente. "No hemos cambiado ninguno de nuestros procesos. Dicho esto, este tipo de acontecimientos nos tienen que ayudar a recalcar todas las veces que podamos que la seguridad está en el centro, el comienzo y el final de nuestra actividad".