Mire a su alrededor. ¿Qué hay? Seguramente en su mano tendrá un móvil o una tableta. Su conexión a Internet irá por fibra óptica. Probablemente las bombillas de su casa sean de bajo consumo, y en alguna ocasión se habrá hecho usted alguna resonancia magnética. Incluso, es posible que se esté planteando comprarse un coche eléctrico. ¿Sabe qué tienen todos esos elementos en común? Las tierras raras. 

Aunque por su nombre puedan parecer otra cosa, las llamadas tierras raras son 17 metales que pertenecen a la tabla periódica de los elementos. “Van desde el Lantano hasta el Eutesio a los que hay que sumar otros dos: el Escandio y el Itrio”, explica Cristina Martínez, responsable del área de Medio Ambiente del Centro Tecnológico CETIM.

Se trata de metales que cuentan con grandes propiedades magnéticas, luminiscentes y electroquímicas que los hace muy eficientes. Todo eso los “hace vitales para el desarrollo de muchas tecnologías modernas”. Es decir, que un fallo en la cadena de suministro de esos materiales podría paralizar la fabricación de cualquier producto que los incorpore en su fabricación.

El coste de la extracción

Estos materiales están muy presentes en la corteza terrestre, por lo que no es raro encontrarlos. El problema se presenta a la hora de su extracción, ya que es necesario separarlos del resto de minerales constituyentes en los que se encuentran. Una tarea “muy costosa”, por lo que es muy complicado de extraer, de ahí el nombre de tierras raras. 

Según Martínez hay “un montón de depósitos por todo el mundo, pero contienen distintos minerales y su extracción resulta muy cara y no es rentable”. Las mayores concentraciones se encuentran en China, en donde están el 55% de las reservas de estos minerales. Le siguen Brasil y Vietnam y, muy por detrás, se encuentran India, Australia, Brasil, Malasia y Estados Unidos. 

También en España hay reservas de estos minerales, aunque muy pequeñas. En concreto en algunas zonas de Castilla-La Mancha como en Valdepeñas, en donde se puso en marcha un proyecto para realizar las primeras catas de explotación. Sin embargo, el proyecto fue rechazado por el elevado riesgo de contaminación que entrañan estas explotaciones. También hay alguna concentración en Galicia. 

China no tiene sólo las reservas, también tiene la producción. “Controla el 95% de lo que se produce en todo el mundo”, señala la científica, que explica que “no sólo se trata de fábricas en el país, también en otros Estados donde empresas chinas han hecho inversiones”. Esto es lo que hace que el gigante asiático tenga la llave para la distribución de estos minerales en el mundo, Estados Unidos incluido. 

A la vista de estos datos, no es de extrañar que la semana pasada el presidente chino Xi Jinping se dejara ver por una fábrica de tierras raras. Lo hacía días después de Google vetara el acceso a su sistema operativo y su tienda de aplicaciones. Era una forma de advertir a Donald Trump en particular y a Estados Unidos en general que China también tiene la fórmula para bloquear a las empresas tecnológicas. 

Xi Jinping, presidente de China, durante su visita a una fábrica de tierras raras.

El aviso llegaba también desde el editorial del Diario del Pueblo en China, en donde se expresaban en estos términos: “Aconsejamos a Estados Unidos que no subestime la capacidad de China para salvaguardar su derecho al desarrollo y sus intereses. ¡No digas que no te lo advertimos!”.

¿Puede el gobierno chino cumplir su amenaza? Sí. No sería la primera vez. Ya cerró el grifo de las exportaciones de tierras raras a Japón en 2010, aunque dos meses después volvió la normalidad. Por eso Martínez cree que “China puede endurecer sus posiciones en un primer momento, pero al final es un win-win, porque si se pasa de frenada el resto de países buscarán alternativas o comenzarán a extraer el mineral”. 

Inversión

Mientras se decide o no el futuro de las tierras raras, los inversores tratan de aprovechar sus oportunidades. “Cuanto más conflicto haya, mejor para ellos”, dice el responsable de Admiral Markets en España, Juan Enrique Cadiñanos: “A mayor riesgo, más rentabilidad”. 

Por ejemplo, China Rare Earth Holdings, ha subido un 30% en bolsa durante la pasada semana. Lynas Corporation, con sede en Australia, ha visto subir sus títulos un 29%, mientras que la canadiense Avalon Rare Metals ha incrementado su valor en un 60% en los últimos cinco días. 

Veremos qué pasa, pero todo apunta a que el choque de trenes entre Estados Unidos y China es inevitable. Mientras tanto, algunos, siguen haciendo dinero a costa de la política y el miedo a la población. 

Noticias relacionadas