El Gobierno quiere poner coto a las ‘generosas’ retribuciones que reciben los ‘jefes’ del Ibex 35. El objetivo es conseguir que los sueldos millonarios que perciben “contribuyan a la estrategia empresarial y a los intereses y la sostenibilidad a largo plazo” de las compañías. No sólo eso, es que el Ministerio de Economía quiere endurecer también los requisitos de información que deben dar a los accionistas y empodera a éstos para que puedan vetar la política de remuneraciones si no están de acuerdo.
Los primeros cambios llegarán en el informe de remuneraciones que se envía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En él debe aparecer “la remuneración total devengada en el ejercicio desglosada en sus componentes, así como una explicación” de cómo se ajusta al rendimiento a largo plazo de la sociedad. Es decir, que el salario de los directivos tendrá que estar perfectamente justificado, con informe de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones incluido.
Junto a ese sueldo anual debe aparecer también la remuneración media de los trabajadores de la empresa “distintos a los administradores” durante, al menos, los últimos cinco años. ¿El objetivo? Que se puedan “hacer comparaciones” y conocer -por ejemplo- cuantas veces es mayor el salario del CEO que el de la base de sus trabajadores. Algo importante para comprobar cómo avanzan las brechas salariales en las grandes empresas.
No sólo eso, también tendrán que figurar en el documento todas las remuneraciones procedentes de cualquier empresa del mismo grupo (por ejemplo, si se es presidente de una matriz y una filial); el número de acciones y de opciones sobre acciones concedidas y la información sobre el “uso de la posibilidad de exigir la devolución de la remuneración variable”.
Precisamente la retribución variable es la que más cambios sufrirá si entra en vigor la Ley de Sociedades de Capital que el Ministerio de Economía está sometiendo a consulta pública. Según se puede ver en la web del organismo, los ‘variables’ deben estar basados en “criterios de rendimiento financiero y no financiero, incluidos los relativos a la responsabilidad social de la empresa”.
El papel de los accionistas
Uno de los trucos que hasta ahora empleaban las empresas en los sueldos variables era la elaboración de unas complejas fórmulas para calcularlos. Todo eso tendrá que cambiar, porque también tendrá que justificarse “los métodos que deben aplicarse para determinar en qué medida se han cumplido los criterios de rendimiento”.
La última palabra del salario que podrán cobrar los directivos del Ibex y otras empresas cotizadas la tendrán las juntas de accionistas. Se tendrá que aprobar -como hasta ahora- cada tres años, aunque puede ser modificada antes si se lleva a una nueva junta. “En caso de que fuera rechazado en la votación consultiva de la junta general ordinaria, la sociedad sólo podrá seguir aplicando la política de remuneraciones vigente en ese momento hasta la celebración de la siguiente junta general” cuando tendrá que volver a presenta una fórmula de pago para la dirección de la compañía.