Este lunes, Vodafone presentó los detalles del primer despliegue comercial 5G en 15 ciudades españolas poniendo a nuestro país a la cabeza de los lanzamientos de la operadora británica en Europa. Un despliegue que se ha hecho incluso antes de que se celebre la subasta de 700 MHz en España, en la que se repartirá el espectro que hará posible una mayor capilaridad de la red y que la nueva tecnología llegue fuera de las grandes ciudades.
Es, por tanto, el espectro que hará posible el sueño de llevar 5G a todos los hogares españoles y con el que Vodafone, Movistar, MásMóvil y Orange pretenden conectar ciudades, electrodomésticos, coches e industrias. El espectro que utilizará Vodafone en su despliegue del verano en 15 ciudades será el asignado en la banda de 3,5 GHz, suficiente para un despliegue en núcleos urbanos y para uso de particulares, pero no para industrias.
Es por ello que -al margen del despliegue de Vodafone- las operadoras siguen con detalle lo que pueda pasar en la próxima subasta de 5G, fijada por la Secretaría de Estado de Agenda Digital para el primer trimestre de 2020. Será la subasta definitiva y la que asigna todo el espectro con el que las operadoras contarán para sus futuros despliegues 5G en todos los ámbitos.
Frente a esta subasta, el principal temor de las operadoras españolas es el coste. En una comparecencia pública antes de las elecciones, Roberto Sánchez, director general de Telecomunicaciones, manifestó su intención de que la subasta “no fuese demasiado onerosa”, precisamente para que las compañías puedan destinar esos recursos a desarrollar la red.
Subasta de los 3,5 GHz
“No hemos vuelto a recibir ninguna comunicación oficial del Gobierno”, dice un alto directivo de una operadora de telecomunicaciones a EL ESPAÑOL, “aunque lo que nos ha llegado indica que estaríamos en la línea de la subasta del verano pasado”, agrega esta misma fuente, que confía en que efectivamente esta subasta “no sea demasiado onerosa”.
La subasta del verano pasado de 3,5 GHz se cerró con una recaudación de 437,65 millones de euros para el fisco, de la que precisamente Vodafone se llevó el mayor espectro. Las fuentes consultadas indican que se barajan horquillas que van hasta los 1.000 millones de euros por todo el proceso, debido a que el espectro de 700 MHz permitiría un despliegue mucho mayor que el que se ha adjudicado hasta el momento.
No obstante, las citas electorales han paralizado todo el debate y hay quienes creen que, tras la conformación del nuevo Ejecutivo, el Gobierno pueda estar pensando en utilizar esta subasta de 5G para aumentar la recaudación fiscal en momentos en los que se critica la batería de impuestos que prepara el PSOE.
De esta manera, hay quienes dentro de Moncloa creen que la subasta 5G de 2020 podría ser una oportunidad para ingresar varios miles de millones de euros que puedan generar un alivio a las cuentas y reducir eventualmente el déficit como se ha comprometido España ante Bruselas. Esto permitiría, además, tener un mayor respiro a la hora de abordar el gasto social que ha prometido el Gobierno de Pedro Sánchez.
Modelo alemán vs modelo británico
Esta corriente es más política y contraria a lo que opinan los técnicos, que piden que la subasta favorezca a la inversión de las operadoras, en un momento de contracción del sector. De esta manera, el Gobierno se enfrenta a dos modelos: el que opta por intentar “estrujar” a las operadoras encarnado por el modelo alemán y el que no ha tenido costes excesivamente alto como en Reino Unido.
El Gobierno alemán indicó a comienzos de marzo que su objetivo con esta subasta era recaudar unos 5.000 millones de euros, una cifra que ya les parecía desorbitada a algunas operadoras, pero que se ha disparado por encima de los 6.000 millones en poco más de dos meses. Telefónica (O2) se ha comprometido a pagar 1.200 millones y Vodafone Alemania 1.800 millones.
El caso alemán calca lo acontecido en Italia en noviembre del año pasado donde se recaudaron más de 6.550 millones en la subasta de espectro para el 5G de 700 MHz, el que falta por subastar en España. En esa subasta se superaron en más de 4.000 millones de euros los 2.500 millones de euros previstos inicialmente. En el caso británico, se subastaron 2,3 y 3,4 GHz y el Gobierno ingresó 1.550 millones de euros, de los que Telefónica desembolsó 600 millones.
De esta manera, todo está en manos de la ambición del Gobierno de Pedro Sánchez y su afán recaudatorio. El Gobierno español deberá elegir los excesivos costes de las subastas alemanas e italianas y los menores del modelo británico. Entre dar un respiro a las telecos para tengan mayores recursos en el despliegue del 5G o lastrarles con una elevada factura que podría retrasar todo este proceso.
En estos momentos, el sector en España no pasa por su mejor momento. Los recientes resultados trimestrales demuestran un estancamiento de los ingresos que dejan poco margen para soportar elevadas facturas para pagar espectro de 5G y no se espera que las cosas mejoren sustancialmente en los próximos meses.
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