La liquidación de Sepsa preocupa, y mucho, a Renfe. Tanto es así que la operadora ferroviaria ha remitido una carta al juzgado de lo mercantil número 8 de Madrid, en el que se decide qué empresa se quedará con Sepsa, en la que explica las consecuencias que puede tener la venta de su proveedor.
En el escrito Renfe muestra su "preocupación" y alerta de de la "incidencia en la explotación ferroviaria derivada de la actividad de la afectación al material que incorporan equipos con tecnología Sepsa".
Según el escrito, para Renfe es básico que Sepsa cuente con los medios suficientes que le permitan hacer frente a los contratos que actualmente tiene con la operadora ferroviaria. En este sentido, Renfe señala que "la unidad productiva autónoma que sea susceptible de transmisión debe de estar en disposición de garantizar que se destinen los medios materiales, técnicos y organizativos suficientes para el servicio y la continuidad de los contratos".
Del mismo modo, Renfe señala "la necesidad de que la transmisión contemple la viabilidad futura del suministro y servicio, manteniéndose en su integridad de los derechos inherentes y la tecnología que ampara los equipos, para que, en caso de que se produjera una posterior eventualidad que provocara la imposibilidad de prestación de servicios o de suministro de dichos equipos, los mismos puedan ser puestos a disposición del grupo Renfe con el objetivo de garantizar la continuidad del servicio durante la vida útil de los vehículos".
Esta carta se envió pocos días después de que el administrador concursal de la Sepsa haya terminado de redactar su informe en el que recomienda la venta de Sepsa a la empresa india Medha como adelantó EL ESPAÑOL. Un grupo con sede central en Hyderabad, especializado en el sector del ferrocarril y que tiene líneas de producto similares a la española.
Esta compañía ha presentado un plan para hacerse con la española debido al gran interés que tiene en alguno de los contratos que Sepsa tiene en Estados Unidos. En el apartado de la presencia en España, según ha podido saber este diario, el plan de Medha pretende prescindir de 80 de los 213 trabajadores en dos fases.
Una operación que había despertado perplejidad dentro del sector y que ha forzado a Renfe a intentar tomar partido en este proceso. Más aún cuando es conocido que, además de la oferta india, empresarios españoles han presentado una oferta en la que no se contemplaba la reducción de plantilla.
Cinco años sin levantar cabeza
Sepsa, antigua Albatros, es una empresa con largo recorrido en el sector de fabricación de equipos para el ferrocarril. Fundada en 1990, en 2014 tras atravesar importantes problemas fue vendida por la familia Fúster a su actual dueña alemana.
Su sede central está en Pinto y cuenta con filiales en Estados Unidos y Brasil. Cuenta con 275 trabajadores a nivel mundial, de los que 213 están en Madrid. La compañía posee dos líneas de actividad, electrónica de potencia y sistemas electrónicos embarcados, y tiene instalados más de 35.000 equipos de cada línea de actividad. Sin ir más lejos, la flota de los trenes Civia de Renfe cuenta con componentes realizados por esta compañía. De hecho, esta compañía lleva trabajando para Renfe desde 1990, lo que convierte a Sepsa en uno de los proveedores más antiguos que trabajan con el operador ferroviario.
Ahora el balón está en el tejado del juez. El proceso dicta que él será el encargado de estudiar el informe realizado por el administrador concursal y aceptarlo o ponerle algún tipo de objeción.
En este contexto, la carta de Renfe pretende hacer ver al juez las consecuencias que puede llegar a tener en su capacidad operativa dejar Sepsa en manos de una compañía que reduzca los recursos para hacer frente a sus compromisos. Unos acuerdos de los que depende el buen funcionamiento de la actividad de Renfe.
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