Creen que los objetivos españoles en lo que a transición energética no son tan ambiciosos como debieran. Por eso, critican de lleno la "poca exigencia" de los objetivos medioambientales marcados por el Gobierno de aquí a 2030. La Fundación Renovables cree necesario "pisar el acelerador".
"España debe elevar su ambición climática, haciendo más que el resto de los países de nuestro entorno pues, por nuestra ubicación geográfica, somos especialmente vulnerables a los efectos de la crisis climática", explica la Fundación en el informe Escenario, políticas y directrices para la transición energética, presentado este miércoles. En él, alega que España cuenta con unas condiciones geográficas y climáticas que le permite "hacer más en un plazo de tiempo más corto".
Algo que choca frontalmente con la posición de empresas como Repsol, que, después de que el Ejecutivo haya enviado el PNIEC a Bruselas, ha sido muy crítica con la "excesiva ambición" del Gobierno. Así, durante su Junta de Accionistas, el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, fue claro señalando que España no tenia por qué estar a la cabeza: "Cuando pensamos que España tiene que liderar esto, vayamos con cuidado por los costes que puede provocar este liderazgo. No somos tan relevantes en Europa", señaló.
En dicha intervención, hace menos de un mes, el presidente de Repsol recalcaba la importancia de "no despreciar la tecnología", algo que, consideró, sí que ha hecho el Ejecutivo de Sánchez. "El respeto a la neutralidad tecnológica no es cierto. Se apuesta por unas tecnologías reconocidas y se niega o se desprecian otras del futuro", indicó. Declaraciones que, semanas más tarde, fueron rechazadas por la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera: "Le tomaba por un hombre moderno", respondió.
Piden un pacto de Estado
El documento presentado por la Fundación vuelve a insistir en que la transición energética hacia un modelo que cubra la demanda final al 100% con renovables para el año 2050 es "urgente e ineludible" y una oportunidad para transformar el modelo económico y el tejido productivo de España. Por eso, considera que se debe aumentar la estrategia climática presentada por el Gobierno.
No solo eso. Durante la presentación, el presidente de la Fundación Renovables, Fernando Ferrando, pidió una Vicepresidencia de Sostenibilidad e insistió en la necesidad de alcanzar un Pacto de Estado que dé "prioridad a la energía como un bien común, escaso y de primera necesidad y que responda a una hoja de ruta consensuada a largo plazo sin pérdida de exigencia".
Proponen desde la Fundación "pisar el acelerador" y que los objetivos a 2030 se marquen en una reducción de emisiones del 51% respecto a 1990 (frente al 21% del PNIEC), un 50% de renovables frente a la cobertura de la demanda final de energía (frente al 42%), y una penetración de las mismas en el sistema eléctrico del 80%.
El informe incide, además, en la necesidad de una "reforma fiscal en profundidad". A su juicio, esto permitirá modificar mediante señales adecuadas de precio los hábitos de consumo de energía y, por tanto, la cobertura de las necesidades energéticas.
"La política fiscal que defiende en materia energética debe ser activa y finalista en cuanto al gravamen de prácticas no deseables y fomento de las que sí lo son, según el principio de que “quien contamina paga", insisten.
En concreto, esta fiscalidad debería actuar, a su juicio, sobre combustibles, eficiencia energética, emisiones, actividades productivas y no productivas, tratamiento y gestión de residuos, usos de suelo, edificación, plusvalías y deducciones y cargas impositivas (IRPF, Sociedades, IVA, tasas…).