Qué malos pueden ser los mentideros financieros. El problema es que cuando el río suena... ya se sabe. A la espera de que este jueves Ángel Cano acuda a su citación en la Audiencia Nacional, van en aumento las dudas sobre si el exconsejero delegado de BBVA -enemistado con Francisco González- tirará de la manta sobre el 'caso Villarejo'. Cuanto más engorda la bola de nieve, más se teme por lo que pueda llevarse por delante y el punto en el que colisionará. Sin medias tintas: ¿salpicará el escándalo al actual presidente, Carlos Torres Vila?
Es la pregunta que se hacen desde hace tiempo en Fráncfort y también en Neguri, donde el clan que antaño controlaba el banco se ha personado en la causa a través de José Domingo Ampuero y donde Francisco González es banquero non grato. Así que, por si acaso, la máquina de rumorologías ha empezado a funcionar -en algunos casos con intención de poner contra las cuerdas al actual equipo directivo-.
La imputación como investigados de ocho directivos del banco ha vuelto a encender los rumores de hasta qué punto el actual presidente podrá mantener las riendas de la entidad. De Jaime Caruana a José Ignacio Goirigolzarri, pasando incluso por Javier Echenique. En función de quién comente la jugada, cambia el nombre del candidato favorito a suceder a Torres Vila en caso de crisis extrema en la Vela.
El nombre de Caruana fue el primero en salir a la palestra en las quinielas de una sucesión ordenada en la cúspide de BBVA y lo puso sobre la mesa el BCE. Exgobernador del Banco de España y actual consejero de BBVA, pese a que su relación con Luis de Guindos no es idílica es un hombre del establishment. En contra tiene su buena relación con FG, quién sacó a la luz la existencia de los famosos fondos de Jersey de BBVA siendo él gobernador y quien años más tarde le premió con un sillón en el consejo del banco azul.
Frente a él toma fuerza otro nombre. El de José Ignacio Goirigolzarri. El actual presidente de Bankia contaría con el beneplácito de los exdirectivos de Neguri, con toda probabilidad sería bien visto por los fondos y además, podría permitir mover ficha en Bankia al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre todo si hiciera falta hacer algún gesto hacia Podemos para lograr su apoyo.
"Goirigolzarri es buen profesional y apolítico. Es bilbaíno y el mejor banquero de España, curtido en el PNV", comentan en Guecho.
Alguno va más allá y también incluye a Javier Echenique. Un ejecutivo de primer nivel cuya trayectoria en el banco estuvo ligada a la de Goirigolzarri, aunque abandonó la entidad con la marcha de Emilio Ybarra de la copresidencia y de Pedro Luis Uriarte del cargo de consejero delegado en 2001.
Sin embargo, esta última hipótesis no pasa, por el momento, del chascarrillo. Con la fusión Bankia-Sabadell azuzándose desde la banca de inversión, de cumplir con el mandato que recibió cuando fue nombrado presidente del banco semipúblico, Goirigolzarri podría ganar muchos enteros para esa sucesión.
La mera existencia de estas especulaciones es relevante, dado el cariz que está tomando la investigación de la presunta relación entre FG y el excomisario en prisión, José Manuel Villarejo.
En el BCE, en el que España recuperó el pulso con la llegada de Luis de Guindos a la vicepresidencia, no se pierde de vista la evolución del caso. El temor a que una crisis reputacional dañe la imagen de un banco sistémico para la Eurozona en un momento en el que todavía hay problemas financieros importantes -como se ha visto con Deutsche Bank- hace que la preocupación por lo que pueda salir de la investigación penal de la Audiencia Nacional sea importante.
Sin embargo, la postura oficial no es otra que la de dejar que el juez Manuel García-Castellón haga su trabajo. Más teniendo en cuenta que, por el momento, el escándalo no ha salpicado la evolución de la entidad en Bolsa.
"El BCE permanece vigilante y hay una comunicación fluida con BBVA". Con esta frase podría resumirse el tono oficial sobre cómo están las relaciones entre Fráncfort y la sede de la Vela, cuando ya se ha cumplido más de un año de las primeras revelaciones sobre los presuntos negocios del banco con el excomisario.
Sin embargo, la tensión entre el regulador europeo y la actual cúpula del banco español es notable. Ayudó a calmar las aguas la despedida de Francisco González de la presidencia de la entidad. En cualquier caso, lo que parece claro es que en numerosas ocasiones, el BCE ha expresado su preocupación a la cúpula de BBVA por lo que pueda venir.
Con ocho directivos de la entidad investigados y el exjefe de Seguridad del banco, Julio Corrochano, en libertad bajo fianza de 300.000 euros y sin pasaporte, en el BCE se teme que la presunta trama pueda salpicar a la actual cúpula del banco. No por su implicación, si no por el hecho de que Torres Vila expresó en público su total confianza en su antecesor, lo que, para muchos significa que ha unido su futuro como ejecutivo en el banco al desenlace judicial del caso.
Y por si fuera poco, a la ya de por sí difícil situación de los directivos imputados se suma el temor a que BBVA sea también imputado. Así se viene apuntando desde la acusación popular ejercida por Podemos y así lo va a intentar el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, que este lunes anunció que ha presentado una querella contra González, BBVA y Villarejo por organizarse para llevarle a los tribunales.