En Distrito Castellana Norte (DCN) les resulta complicado contener la alegría, porque ven más cerca que nunca la luz al final del túnel. La antigua Operación Chamartín, llamada ahora Madrid Nuevo Norte, se vislumbra ya en el horizonte. 25 años después, parece que ahora sí que sí.
Tras años de idas y venidas, el macroproyecto urbanístico con el que Madrid fantasea podría tener su ansiada luz verde en julio. Así lo pretende el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que ha anunciado este jueves que llevará el proyecto al pleno de julio. Este anuncio se ha hecho apenas unas horas después de asegurar que habría que esperar a después del verano para desbloquear la operación.
Una posición, la del alcalde, que hace que en DCN, la sociedad promotora propiedad de BBVA y el grupo San José, se respire tranquilidad. "Para nosotros es muy importante poder comprobar que a pesar de que las administraciones son gobernadas por distintos partidos, la continuidad de Madrid Nuevo Norte está asegurada", explicaba este miércoles el presidente de DCN, Antonio Béjar, en un encuentro con periodistas con motivo de un curso de urbanismo de la UIMP en Santander.
Para Béjar, "lo lógico y deseable es que los cambios políticos no influyan, que nuevo equipo municipal continúe impulsándolo". Y así parece que va a ser.
Las primeras grúas... ¿en 2020?
La complejidad del proyecto requiere, apuntaba Béjar, "la máxima seguridad jurídica y el máximo consenso". Por eso, aunque su deseo es que la tramitación culmine "lo antes posible", desde DCN prefieren que los pasos se den de forma sólida, para evitar que el proyecto vuelva hacia atrás.
La última versión del proyecto Madrid Nuevo Norte, presentado el pasado julio, contempla una edificabilidad de 2,6 millones de metros cuadrados (un 20% inferior a lo previsto inicialmente) en los que se construirán unas 10.500 viviendas. De ellas, 2.100 casas tendrán carácter protegido y existe la obligatoriedad de ceder suelo al Ayuntamiento de Madrid para la construcción de viviendas de alquiler social.
A esto hay que sumar el dibujo de un nuevo skyline, construyendo otros tres rascacielos similares a los que ya hay, y la creación de un eje verde que conecte Madrid con El Pardo y unos 380.000 metros cuadrados de zonas verdes, que incluirán 15 kilómetros de carril bici.
Si la luz verde se le da en julio al proyecto, en DCN cuentan con que después comienza la fase de constitución juntas de compensación donde hagan falta,la redacción de proyectos de reparcelación, los proyectos de urbanización y las obras, en ese orden. Aquí cabe la posibilidad de pedir simultaneidad para comenzar las obras mientras se ejecuta la urbanización.
En base, Béjar considera razonable que, si todo continúa según los previsto, los madrileños puedan ver las primeras grúas en marcha entre 2020 y 2021. De momento, ya se han destinado cerca de 170 millones de euros al proyecto.