La inversión china en España se ha desplomado un 99% en el primer semestre hasta los 10 millones de dólares (unos 8,8 millones de euros), frente a los 1.100 millones de dólares (975 millones de euros) del primer semestre de 2018, y las perspectivas para la segunda mitad del año son "poco optimistas", según Baker McKenzie.
Las inversiones por parte de compañías chinas en España se hundieron a mínimos en un contexto de descensos generalizados en Europa, donde se invirtieron 9.000 millones de dólares (7.980 millones de euros), según se desprende del estudio publicado por el despacho Baker McKenzie, que ubica los máximos de inversión china en Europa en el primer semestre de 2017 con 53.900 millones de dólares (47.790 millones de euros).
"Los principales motivos del descenso de operaciones de inversores chinos son los controles de capital establecidos por el Gobierno de Pekín, las tensiones comerciales con EE.UU. y el progresivo endurecimiento del escrutinio sobre las inversiones chinas en los principales países receptores", ha señalado la socia de M&A, Maite Díez.
No obstante, en Norteamérica se aumentaron modestamente las inversiones por parte de compañías chinas hasta los 3.300 millones de dólares (2.925 millones de euros) en el primer semestre de 2019. La inversión china alcanzó su apogeo en Norteamérica en el segundo semestre de 2016 con 28.400 millones de dólares (25.180 millones de euros).
Poco optimismo con el futuro
Las perspectivas del estudio para el segundo semestre del año pronostican que la inversión china en Europa y Norteamérica "se mantenga en los bajos niveles actuales, sin que se prevea un cambio importante para los próximos meses".
En junio de 2019, los analistas de la firma solo registraron 4.600 millones de dólares (4.080 millones de euros) de transacciones de M&A anunciadas en Norteamérica y 2.000 millones de dólares (1.770 millones de euros) en Europa.
"Cualquier endurecimiento de los controles de capital por parte del Gobierno chino tendría un impacto muy relevante en las futuras inversiones hacia el exterior y esto provoca un aumento de la precaución por parte del inversor chino, que evita transacciones potencialmente delicadas", ha señalado Díez.
"A corto plazo, veamos complicado volver a los volúmenes de inversión directa proveniente de China alcanzados en el pasado", ha lamentado Díez, que ha hecho hincapié en las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, así como en los nuevos criterios que establezca la nueva Comisión Europea --una vez eche a andar en otoño-- respecto a la inversión por parte de empresas estatales chinas en suelo europeo.
No obstante, Baker McKenzie considera que los inversores chinos "aprecian la calidad de los activos empresariales europeos y consideran que las sinergias son adecuadas" para sus empresas, aunque el aumento de las restricciones regulatorias en relación con las inversiones extranjeras en determinados activos les hace "ser más cautos a la hora de llevar a cabo transacciones en volúmenes similares a años anteriores".
Reducción global de China
América del Norte y Europa no son las únicas regiones que han sufrido una disminución de la inversión china. La inversión global por parte de compañías radicadas en China se redujo aún más en el primer semestre de 2019, disminuyendo un 60% --hasta los 20.000 millones de dólares (17.730 millones de euros)-- las transacciones globales de M&A anunciadas recientemente por empresas chinas.
Las mayores operaciones anunciadas durante el primer semestre de 2019 en Europa fueron la adquisición por parte de Anta de la empresa de artículos deportivos de Finlandia Amer (valorada en 5.200 millones de dólares, la mayor inversión china del año hasta la fecha), la adquisición por parte de Evergrande del 51% del fabricante sueco de automóviles eléctricos NEVS (por valor de 930 millones de dólares), la compra realizada por Ant Financial de la compañía de pagos del Reino Unido WorldFirst (700 millones de dólares) y la adquisición llevada a cabo por Haier de la compañía italiana de electrodomésticos Candy (por 547 millones de dólares).
Así, los países nórdicos son los únicos con aumento en los niveles de actividad inversora por parte de China, ya que tanto en Finlandia como en Suecia se han anunciado las operaciones más relevantes. Francia y Alemania, por su parte, notaron de manera significativa la reducción de la inversión china que disminuye en un 97% y en un 75% respectivamente en términos de valor.
Por sectores, los más activos en términos de recepción de inversiones fueron los productos y servicios de consumo y la industria automotriz, que representaron tres cuartas partes del valor total por operación, tanto en Europa como en América del Norte.