España lo tiene casi todo para competir en la liga de los grandes viajes de negocios. Tiene infraestructuras, es decir, un aeropuerto potente, muy buenas comunicaciones, una buena oferta hotelera y seguridad. Estos son los puntos más importantes que según el Director General de American Express Global Business Travel, Luis Dupuy de Lôme, tiene que tener una región para que sea un destino de viajes de negocio. Nuestro país los tiene todos.
“España no tiene que envidiar a nadie” porque, además de los dos aspectos anteriores se une un cuarto que marca la diferencia, y es que el destino tiene que ser atractivo. Madrid “por la gran oferta cultural de ocio y vacaciones que tiene” y Barcelona, “por la marca, incluso después del procés”, lo son. No niega que a lo mejor los viajes de negocio en la Ciudad Condal se haya “resentido en alguna medida” por este aspecto político, “pero la marca Barcelona tiene tal tirón que sigue siendo uno de los principales destinos para el área de Meetings a nivel europeo”.
Sin embargo, a nuestro país le falta algo, un palacio de congresos y de exposiciones con capacidad para 2.000 personas. “Tenemos sitios muy buenos pero que se limitan a aforos de 1.000 personas y para estar en la liga de las grandes ferias y de los grandes congresos necesitaríamos duplicar esa capacidad”. Para Dupuy de Lôme, “deberíamos avanzar” en este asunto, para el cual pide colaboración al gobierno porque considera que “eso nos permitiría militar en la liga de los congresos más grandes. Todo lo demás, lo tenemos”.
Habla con conocimiento de causa porque una de las divisiones de American Express Global Business Travel, es el negocio de Meetings and Events, que se basa en la organización de congresos, conferencias, etc. El otro, es el de viajes de empresa.
Años de notable crecimientos
“Los viajes de negocios han encadenado al menos seis años de notable crecimiento” por que “estamos saliendo de la crisis con crecimientos muy buenos del PIB”. Este aumento en los viajes de negocios de nuestro país no solo se debe a la salida de la crisis. Hay otro factor que ha provocado esta tendencia ascendente y es la forma en la que “la empresa española y la economía española ha salido de esta crisis, que es mediante la exportación”.
“La crisis en España fue tan profunda, se deprimieron tanto los mercados y la demanda doméstica que las empresas tuvieron que exportar, y para exportar hay que viajar. Y es que en el 70% de los casos, la motivación para hacer un viaje de empresas es comercial”.
El negocio de los viajes de negocios “es muy prociclo. Es decir, que cuando las cosas van bien en la economía, a nosotros nos va bien. No solo como empresa, sino a todo el sector. En cambio, cuando hay crisis y los resultados de las empresas se resienten, uno de los capítulos en los que es más fácil recortar es en los viajes, de manera que cuando las cosas van mal para la economía, van también muy mal para nuestro sector”.
Al final, en el sector “influye todo” y aunque la inestabilidad política española no sea el asunto que más pesa, hay otros que sí: "la ralentización del comercio mundial y el brexit", indica el directivo. Para Dupuy de Lôme, éste último puede ser "un factor de ralentización del comercio entre Reino Unido y el resto de Europa".
Combinar trabajo y placer
La forma de organizar los viajes de negocios han cambiado en los últimos años. “Los directivos y los viajeros de empresa acomodan sus viajes de manera que puedan estirar el fin de semana y quedarse en el país de destino unos días más. Muchas veces buscan también incorporar a su familia en esos días”.
Es lo que se conoce como “bleisure”, la mezcla entre negocios y ocio. Los viajeros lo demandan cada vez más y las compañías, que “cada vez se preocupan más de la satisfacción de los viajeros”, los incentivan. Dupuy de Lôme explica que “cada vez hay más empresas que autorizan esos viajes buscando la satisfacción de sus empleados”.
Esto “no tiene un coste adicional para la empresa porque es fácil dividir los gastos con el empleado”. Y tampoco es difícil de gestionar, el único problema aquí es el seguro, que lo tienen que dividir entre las dos parte y en algunas ocasiones “no es nada fácil” hacerlo.
El perfil de los milenials
Esta tendencia a combinar un viaje de trabajo con el ocio no es el único aspecto en los viajes de negocios que han cambiado en los últimos años. También lo ha hecho la forma en la que se gestionan el viaje.
“Los milenials viajan de una manera distinta a como viajábamos los de la generación anterior. Para empezar, utilizan un canal diferente para comunicarse con la agencia de viajes”. Dupuy de Lôme cuenta que los viajeros más senior, “utilizan los dos canales con los que han trabajado toda su vida y con los que se sienten cómodos: el teléfono y el email. Los milenials ni escriben emails ni hablan por teléfono”.
Este perfil de viajero destaca por organizar ellos mismos sus propios viajes, y lo hacen “de la manera lo más parecida posible a como gestionan sus viajes vacacionales”.
¿Qué ha hecho American Express Global Business Travel ? Con una herramienta en la que se tiene en cuenta la política de viajes de la empresa, cada empleado entra y puede escoger, en función de lo que su compañía ha autorizado, el viaje que mejor se adapta a sus necesidades.
“De esta forma, cuando un empleado entra a esta nueva herramienta y pide un viaje a Londres, por ejemplo, le salen los horarios de vuelo con aquellas líneas aéreas y hoteles con los que la empresa tiene un acuerdo”.
A la hora de tramitar la reserva, el viajero puede hacerlo desde cualquier parte. “Puede empezar la reserva en su ordenador de la oficina, recibir las posibles alternativas de su viaje en su casa mientras está descansando y finalizarlo cuando quiera desde otro dispositivo”, explica Dupuy de Lôme.
Esto les “ahorra tiempo y dinero” a las empresas “porque es un canal más barato de administrar que un call center, por ejemplo”. Y es que “facilitar la tramitación de un viaje de empresa, que sea tan cómodo para el viajero como es en sus viajes de vacaciones, es complicado”. Aun así, American Express Global Business Travel y la industria de los viajes de negocios trabajan para conseguirlo. Las agencias de viajes vacacionales les llevan mucha ventaja en este asunto pero, como ha afirmado Dupuy de Lôme, “tenemos que pegar un acelerón y ponernos a la altura de estos compañeros”.