Lo ha vuelto a hacer. Tres años después desde la última vez, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicó el viernes un estudio sobre gasolineras automáticas en el que, entre otras cosas, denuncia las "fuertes barreras" que existen en la regulación estatal y autonómica para su implantación.
Unas gasolineras que hoy representan más del 9% del mercado de la distribución de carburantes, con 882 estaciones repartidas por el territorio español, pero que en 2013 representaban menos del 2%. Las estaciones de servicio automáticas, dice la CNMC, tienen potencial para introducir más competencia en el mercado, "en beneficio de los consumidores".
Tal y como recoge el regulador en su informe, estas estaciones soportan menores costes y requieren menos espacio físico que las estaciones tradicionales, lo que les permite remplazarlas, reduciendo los costes de distribución, y, al mismo tiempo, instalarse en zonas de menor atractivo para las estaciones tradicionales, intensificando la competencia y aumentando la densidad de puntos de distribución.
Toda una serie de aparentes ventajas que, no obstante, se topan con "numerosas" restricciones regulatorias en su apertura y desarrollo, no solo a nivel nacional, sino a nivel regional. Así lo cree la CNMC, que insiste en que, aunque se han eliminado algunas barreras desde su último informe, en 2016, estas gasolineras siguen enfrentándose a "múltiples rigideces" que limitan su desarrollo.
Ejemplo de ello son los nueve años de veto que Ballenoil, líder en España de las gasolineras low cost, ha sufrido en Leganés. Tras casi una década de pleitos, contra ayuntamientos de distinto signo político, este mes de mayo consiguió la licencia vía judicial para abrir una estación en la localidad.
Gasolineras más baratas
Centrando su análisis en la Comunidad de Madrid, una de las regiones donde más extendidas están este tipo de estaciones de servicio, la CNMC concluye que su entrada provocó que los precios de las estaciones cercanas se redujeran en alrededor de un 0,5% en gasóleo A y de un 0,21% en gasolina 95. Esto, apunta el regulador, supuso un ahorro de entre 15 y 24 millones de euros para los consumidores de las gasolineras tradicionales.
"Este informe pone blanco sobre negro y ratifica que las estaciones automáticas son un importante elemento impulsor", explica a este periódico el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Automáticas de España (Aesae), Manuel Jiménez Perona.
El presidente de Aesae insiste: "Nuestro modelo de negocio es una forma de introducir competencia en un mercado oligopolístico". La CNMC, en el informe, recomienda revisar la regulación estatal y autonómica para eliminar todos aquellos requisitos o limitaciones sobre las gasolineras automáticas "que no sean verdaderamente necesarios", así como para lograr una mayor homogeneidad en la normativa. Asimismo, el regulador recomienda "una mayor transparencia" sobre este tipo de instalaciones.
La apuesta de Iberdrola y Endesa
El informe de la CNMC llega pocos meses después de que dos grandes eléctricas, Iberdrola y Endesa, hayan anunciado sendas alianzas con una de las compañías de gasolineras automáticas.
Así, ambas compañías firmaron con Ballenoil contratos para instalar puntos de recarga eléctrica en sus estaciones. En mayo, cuando la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán hizo pública la alianza, señaló que el acuerdo es ambicioso y "nos permite avanzar con un aliado óptimo que ha mostrado su compromiso con la movilidad sostenible y la innovación en el servicio a sus clientes”.
Poco después, en junio, la compañía que dirige José Bogas firmó su acuerdo insistiendo en la importancia de dar la mano a estos operadores para tejer una red de cargadores por todo el país.
Una apuesta decidida de los gigantes de la electricidad por estas gasolineras low cost, cada vez más 'electrolineras', que ahora se ve reforzada por las reclamaciones de la CNMC. La pelota está ahora en el tejado de la regulación.