El distanciamiento escenificado este lunes entre el candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha devuelto a los empresarios la esperanza de que ese pacto de izquierdas, que incluiría medidas muy dañinas para la economía en materia fiscal o laboral, no salga adelante.
Tras la primera sesión del debate de investidura, el mundo de la empresa considera que vuelve a ser oportuno reclamar altura de miras a Pablo Casado y Albert Rivera para que se abstengan y faciliten un Gobierno en solitario del PSOE. En el caso del líder del PP, el debate demostró que hay algún mínimo resquicio de que pueda allanar el camino para ese Ejecutivo estable. Sin embargo, el líder de Ciudadanos demostró que sigue obcecado en el "no" a Sánchez, lo que complica ese deseo de un Gobierno sin Podemos.
“Están perdiendo un tiempo precioso para hacer reformas antes de que los vientos de cola de la economía se acaben”. Así se pronunciaba un alto directivo de una gran empresa durante el debate de investidura al ver que el acuerdo con Podemos no llegaba, y que el Partido Popular y Ciudadanos siguen instalados en el no. El hecho de que Sánchez ocultara su programa fiscal en el debate, no ayudó a calmar los ánimos en los despachos de las grandes empresas.
Aunque nadie quiere reconocerlo públicamente, en privado aseguran estar preocupados por la inacción política, y el resultado que eso puede tener sobre la economía del país. Es por ello por lo que muchos grandes empresarios insisten en enviar el mismo mensaje que ya lanzaron tras las pasadas elecciones: sería aconsejable que el PP o Cs se abstuvieran y permitieran gobernar a Sánchez libre de las ataduras del independentismo.
Esas mismas fuentes matizan que no se trataría de una ‘abstención’ regalada, de lo que se trata “es de hacer lo mismo que hacen los nacionalistas vascos o catalanes y poner sus exigencias para decantar el voto”. De hecho, hay quien considera que Pablo Casado, el líder del PP, debería haber hecho eso tras su última reunión con Sánchez en el Palacio de La Moncloa. “Se trata de un acto de responsabilidad con España”, sentencian.
"No reconocen a Ciudadanos"
Esa misma exigencia hacia el líder del PP se traslada también a Albert Rivera, a quien le piden que aparque su enemistad con Pedro Sánchez por “responsabilidad”. No sólo eso, es que hay quien asegura que “no reconocen a Ciudadanos”, máxime después de que hace no tanto tiempo hubiera un acuerdo de Gobierno con el Partido Socialista, en referencia al llamado Pacto del Abrazo.
Otra fuente consultada cree que precisamente la ruptura de dicho acuerdo es “el pecado original” de lo que estamos viviendo en este momento. El PSOE hubiera centrado territorialmente a Ciudadanos, y Ciudadanos hubiera centrado económicamente a los socialistas.
Unas palabras que demuestran cómo a los grandes empresarios les sigue convenciendo una coalición formada por el PSOE y Cs, aunque asumen que en este momento resulta muy complicado que pueda llevarse a cabo. De hecho, ya abogaron por esa coalición tras las pasadas elecciones.
Los llamamientos a PP y Ciudadanos llegan a escasas horas de que se produzca la votación para investir a Pedro Sánchez, y sin que -por el momento- haya logrado el apoyo de Podemos para salir elegido. Un pacto que no convence al mundo de la empresa, aunque todos insisten en que “aunque no sea el Ejecutivo ideal, habrá que respetar sus decisiones y adaptarse” a las medidas que puedan adoptar.
La indefinición de Sánchez
Precisamente ese intento por alcanzar un acuerdo con Podemos es lo que llevó a Sánchez a hacer un discurso de investidura tan abierto que acabó por no definir cuáles van a ser las políticas concretas de su Gobierno. Una situación que no pasó desapercibida para los empresarios, quienes creen que así lo único que se consigue es generar “inseguridad jurídica y espantar a los inversores”.
Las fuentes consultadas por este diario explican que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) supone subir los costes empresariales una vez más. Sí que comparten, en cambio, la necesidad de reformular el Estatuto de los Trabajadores, aunque confían en que en esta ocasión se tenga en cuenta el ‘diálogo social’. Es decir, que se haga de forma pactada con patronal y sindicatos, al contrario de lo que ocurrió con la última actualización del SMI.
El partido está abierto, las cartas encima de la mesa. Ahora queda esperar la votación de este martes para comprobar si los deseos de los patronos se cumplen o si, por el contrario, tendrán que seguir esperando a que la clase política se ponga de acuerdo. Lo que no ven aconsejable es que vayamos a noviembre con unas nuevas elecciones. Así que ya hay quien abre la puerta a una reflexión veraniega que acabe en abstención del PP a la vuelta de las vacaciones, aunque sea “por España”.