"Nos quedan diez días de duro trabajo". Así de honesto se mostraba el presidente de Enagás, Antonio Llardén, durante la conferencia con analistas posterior a su presentación de resultados. Una conferencia en la que el presidente de la compañía no se anduvo con chiquitas y habló claro sobre la propuesta de recortes en las retribuciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Para el gestor de la red gasista, la propuesta "pone en jaque al sistema gasista, a la cadena, tal y como está concebido". Insistía así Llardén en que no solo ellos salen perjudicados. "No es un problema aislado de esta o de otra compañía, sino de discutir cuál es el papel de la cadena gasista en los próximos 10 años", aseguraba.
Como a Naturgy, el borrador de circulares de la CNMC, que afecta mucho menos a las eléctricas, hace temblar sus planes. Defienden, en esto, que no ha habido reuniones previas con el regulador que preside José María Marín Quemada, por lo que creen que no han tenido oportunidad de explicar cómo esta nueva regulación podría afectar de forma directa a los planes de transición energética y descarbonización del país. También a sus inversiones.
No obstante, el partido se juega tras el periodo de alegaciones, que se extiende hasta el próximo 9 de agosto. Las gasistas no pierden la esperanza de que la CNMC recule después de escucharles, por lo que, de momento y trabajando en el documento a contrarreloj, la compañía que preside Antonio Llardén prefiere no desvelar "qué formulas" van a utilizar para justificar su postura.
¿Aprobadas sí o sí?
Tras el periodo de alegaciones, y basándose en el Real Decreto que le atribuyó estas competencias regulatorias en enero, la CNMC tendrá que aprobar las circulares antes del 31 de diciembre de 2019, para los próximos 6 años. Si eso no ocurriera, se prolongarían las retribuciones actuales. No obstante, ¿puede llegar a ocurrir?
El escenario es el siguiente. A pesar de que el ministerio que preside Teresa Ribera está en funciones, no será óbice para que el proyecto salga adelante, puesto que, con estas competencias atribuidas, la CNMC no necesita la luz verde del Gobierno para aprobarlas, aunque sí que tendrá en cuenta el informe en el que el ministerio está trabajando -como una alegación más- para modificar o no sus borradores. A esto se suma que, además, CNMC y Gobierno estudiarán en la Comisión de Coordinación si pisan las competencias de otro y en qué aspectos en concreto.
La cara B del escenario, y en la que insisten algunas fuentes del sector, es que el mandato de Marín Quemada y de otros cuatro consejeros concluye en octubre. Si no se ha formado Gobierno para entonces, algo que parece probable teniendo en cuenta el panorama político, los consejeros de la CNMC continuarían su labor sin más, por lo que podrían aprobar esta nueva regulación antes de la fecha marcada.
La esperanza de las compañías más afectadas está puesta en el periodo de alegaciones y en las modificaciones que pudiera llegar a hacer el regulador. La suerte está echada.