El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, ha imputado al dueño de Dia, Mijail Fridman, por forzar la quiebra del Zed WorldWide.
Según han informado a Efe fuentes jurídicas, el titular del juzgado ha aceptado la petición de la Fiscalía Anticorrupción, que solicitó la imputación del magnate a principios de esta semana por supuestos delitos contra el mercado, administración desleal e insolvencia punible.
La Fiscalía Anticorrupción considera que Fridman aprovechó su posición de privilegio en la empresa para forzar su insolvencia y poder comprarla posteriormente por 20 millones de euros, "un precio irrisorio" y muy inferior al del mercado.
El fiscal José Grinda remitió a principios de esta semana un escrito al titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 en el que explica que Fridman, máximo accionista de la cadena de supermercados Dia, "tiene el control de los acontecimientos, que junto con la conducta de otros investigados, derivaron en la insolvencia de Zed WordWide".
El representante del Ministerio Público considera el objetivo de Fridman era "el apoderamiento total de una compañía mediante un procedimiento complejo que se vale de actuaciones de distinta intensidad, ejecutadas en diversas líneas y que culmina con una situación de bloqueo institucional y económico de la compañía (insolvencia), para adquirirla a un precio irrisorio muy inferior al de mercado".
"Asalto" de empresas
El escrito apunta a que el inversor ruso lideró "una práctica que se conoce en el entorno criminal ruso como 'raider' (asalto o ataque) o absorción ilegal de empresas".
En noviembre de 2017, unos meses después de explotar la operación Hanta por la que fue detenido Javier Pérez Dolset, presidente de Zed, Fridman remitió un escrito a la Fiscalía Anticorrupción en el que se desmarcaba de cualquier responsabilidad en las decisiones empresariales que pudieron haber derivado en la insolvencia de Zed Worldwide en España objeto de investigación.
Sin embargo, un reciente informe policial pone en duda esa versión sosteniendo, con un análisis pormenorizado del funcionamiento de las empresas así como con mensajes de WhatsApp y correos electrónicos de distintos implicados, que Fridman ostenta "el poder fáctico y directo" sobre los directivos y las decisiones que adoptaron causando un perjuicio patrimonial al accionariado español de Zed.
El fiscal describe en el escrito remitido al magistrado instructor toda la operativa llevada a cabo, destacando que Fridman alcanzó una "posición de privilegio frente a cualquier tipo de decisión" del Grupo Zed cuando se convirtió en uno de los principales acreedores de la compañía en 2013. La entidad crediticia Amsterdam Trade Bank, una de las que prestó dinero a la tecnológica para sacar adelante el 'Proyecto Zeus', con el que se planeó su salida a Bolsa en el mercado estadounidense Nasdaq, pertenecía a un grupo cuyo propietario es el empresario ruso.
"Reducir y eliminar contratos"
Por otro lado, otras de las sociedades de Fridman, Vimpelcom, aprovechó la situación de "descontrol e irregularidad" del Grupo Zed para "reducir o eliminar" los contratos suscritos con el grupo chipriota Temafon, del que la tecnológica de Pérez-Dolset había adquirido el 50,10% de su capital en 2009, sin que conste que se hubiera producido un incumplimiento del objetivo, ni siquiera una prestación defectuosa de las obligaciones pactadas.
Según el fiscal, el objetivo era lograr la "asfixia económica" de Zed con la "pérdida de capitales en presuntas comisiones ilegales". En este sentido, destaca que Fridman era conocedor de las obligaciones crediticias que el grupo español tenía contraídas, así como su "imposibilidad de hacer frente a dicho préstamo si se producía una reducción sensible de los ingreso procedentes del mercado ruso".
La situación de paralización societaria, la falta de liquidez, el bloqueo de inversores externos llevó a la compañía española a la insolvencia, que dio lugar a que el 30 de junio de 2016 se presentara una solicitud de declaración de concurso de acreedores de Zed WorlWide.
Cuatro meses después, los inversores rusos presentaron una oferta de compra por un importe de 20 millones de euros, muy por debajo del que era su valor cuando dieron comienzo las "maniobras" de Mikhail Fridman.
Por último, el fiscal pide también que se cite a declarar como testigo a Edwin Harland, el responsable de la auditoría forense que se realizó al Grupo Zed, después de que Vimpelcom le solicitará una investigación sobre la gestión de Temafon ante el "riesgo de una apropiación indebida de activos".