Este miércoles 14 de agosto Renfe vuelve a la huelga tras la primera jornada del 31 de julio. El número de trenes cancelados asciende a 325, según ha confirmado la compañía, lo que podría generar una serie de retrasos en el comienzo del puente de agosto, uno de los días con mayor tráfico de pasajeros del verano.
La huelga de este miércoles traerá una parada de cuatro horas en las franjas entre las 12:00 y las 16:00 horas y entre las 20:00 y las 24:00 horas. Las dos próximas jornadas de paros están previstas para el 31 de agosto y el 1 de septiembre.
El Ministerio de Fomento ha establecido unos servicios mínimos, que son del 78% en el caso de los ferrocarriles de Alta Velocidad y Larga Distancia y del 65% para los de Media Distancia. Para el servicio de Mercancías, por su parte, el Ministerio ha establecido servicios mínimos del 25%.
CONSULTA LA LISTA COMPLETA DE TRENES CANCELADOS.
Este es el segundo de los cuatro días de paros convocados para todo el verano por el sindicato para reclamar un aumento de la plantilla de Renfe. El primero fue el pasado 31 de julio y las siguientes jornadas se harán los días 31 de agosto y 1 de septiembre, coincidiendo con la vuelta de vacaciones de muchos españoles.
Más de 1.000 cancelaciones
En total, en las cuatro días de paros programados se cancelarán 1.152 trenes de los 3.028 que circulan habitualmente.
El Ministerio de Fomento atribuye estos porcentajes al hecho de que los paros se convocan en un día "de excepcional movimiento de viajeros". Y es que en este miércoles 14 de agosto coincide la movilidad propia de los días vacacionales con el inicio y vuelta de vacaciones de millones de españoles y el inicio del puente de agosto para otros muchos.
A ello cabe sumar el posible colapso que se producirá en las carreteras de acceso a las grandes capitales de las personas que se desplazan este día para trabajar.
Sin embargo, CGT no está de acuerdo con estos servicios mínimos. El sindicato, minoritario en Renfe, estimó que los servicios mínimos decretados son "desmedidos" y que generan un "enorme desequilibrio entre el derecho fundamental de huelga y el derecho a la movilidad".