Es uno de los principales escollos en la negociación del convenio colectivo de Endesa. Se trata de la tarifa de empleado, por la que tanto trabajadores de la compañía como exempleados jubilados cuentan con consumo eléctrico gratuito. En total, cerca de 9.000 trabajadores y 26.000 extrabajadores. Si los sindicatos y la compañía no llegan a un acuerdo antes de que acabe septiembre, los 26.000 dejarán de tener este beneficio, considerado salario en especie.
Hasta ahora, empleados y extrabajadores pagan los impuestos y los peajes regulados de la factura, pero el consumo eléctrico, cerca del 40% de la misma, es gratis. Un consumo eléctrico gratuito para el que Endesa provisiona en sus cuentas unos 700 millones de euros, y que la compañía apuesta por retirar aprovechando la negociación del nuevo convenio. Lo hace, además, con el aval de la Audiencia Nacional, que ya en marzo se pronunció en favor de la eléctrica pese a la protesta de los sindicatos.
No obstante, todo está en el aire, ya que las negociaciones continúan -rozando ya las 70 reuniones-. En este sentido, la fecha inicial para dejar de tener la luz gratis era julio, cuando se cumplían los seis meses de prórroga que la compañía dio desde la extinción del antiguo convenio para encontrar un nuevo operador. Endesa, no obstante, alargó la fecha hasta septiembre, puesto que las cartas están sobre la mesa.
¿Todo perdido?
Así las cosas, la eléctrica que dirige José Bogas lanzó una propuesta: rebajar el máximo de consumo eléctrico gratis a todos, empleados y jubilados, desde los 15.000 kWh hasta unos 3.500 kWh, lo que consideran un consumo promedio; una medida con la que el coste disminuiría considerablemente, pero que no parece suficiente a los representantes de los trabajadores. Hasta el momento, empleados y extrabajadores pagan los impuestos y los peajes regulados de la factura, pero el consumo eléctrico, cerca del 40% de la misma, es gratis.
En la última reunión celebrada la pasada semana entre los sindicatos, UGT, CCOO y SIE, y la compañía, los representantes de los trabajadores pidieron a la eléctrica que paralizara el envío de las cartas de comunicación de la supresión de tarifa de empleados a los jubilados de Endesa, algo que la compañía excusó por estar en manos de los servicios jurídicos y justificó como cumplimiento legal.
En las próximas semanas, unos y otros deberán clarificar su postura no solo para poner negro sobre blanco y decidir qué va a pasar con la tarifa de empleado, sino para tratar de poner punto final tras casi dos años a las negociaciones sobre el nuevo convenio, en el que se debaten puntos como la cobertura de vacantes, conciliación laboral o uso de herramientas informáticas.