Más de 1,3 millones de familias estarán pendientes este martes del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Hombres y mujeres que durante los años 2007 y 2008 -cuando el euríbor estaba en máximos- firmaron hipotecas bajo el Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH), que ahora podría ser declarado abusivo.
Todas estas familias se dieron cuenta de que mientras las hipotecas referenciadas al euríbor no hacían nada más que bajar, las suyas no hacían nada más que subir. Así que optaron por denunciar al considerar que eran abusivas. Es el caso de Lidia que, junto a su marido, firmó un préstamo de 170.000 euros. "En estos veinte años, hemos pagado 8.000 euros más de lo que nos prestaron, y aún nos reclaman otros 100.000".
Su historia es una más de las muchas que, junto a las de clientes afectados por las preferentes o las multidivisa, fueron engañados por la voracidad comercial de las entidades financieras durante la burbuja. ¿Por qué Lidia y su marido contrataron una hipoteca ligada al IRPH? Básicamente porque confiaban en quienes les estaban vendiendo el producto.
Convencidos por la confianza
El matrimonio tenía un pequeño local al lado de una sucursal al que todas las mañanas los empleados del banco acudían. La confianza generada fue la que provocó que, según explica Lidia a EL ESPAÑOL, les convencieran parar comprarse una casa. Eso sí, en ningún momento les mencionaron qué no había euríbor ni que su préstamo iba referenciado a otro índice del que ellos ni siquiera conocían su existencia.
Años más tarde, ya con su marido jubilado y cuando los tipos empezaron a bajar, se dieron cuenta de que su hipoteca nunca bajaba. Al contrario, no hacía nada más que subir. La situación se complicaba, Lidia estaba en paro y sus ingresos eran la pensión de su marido, cercana a los 1.000 euros. Así que, tras un intento de renegociar la hipoteca con el banco, tuvieron que optar por vender la casa y pagar las cuotas pendientes.
Esa decisión se tomó después de que los pagos al banco fueran inasumibles para ellos. Una pensión de 1.000 euros iba destinada a financiar la hipoteca, así que dejaron de pagar ya que llegaron, incluso, a cortarles el agua y la luz.
Sin notificaciones
Durante dos años y medio, el matrimonio no abonó el importe mensual del préstamo sin recibir notificación alguna al respecto por parte del banco. Aun así, trataron de continuar con las negociaciones con la entidad mediante cartas a la sede central de la misma.
Las respuestas que recibían instaban al matrimonio a redactar un escrito y enviarlo en un plazo de diez días, cosa imposible dado que las cartas (que les llegaban sin certificar) tenían fecha de un mes posterior al plazo indicado. Asimismo, les escribieron en alguna ocasión respecto a la cláusula suelo, lo que se tomaron como un signo de que apenas estaban prestando atención a su caso.
Tras esos dos años y medio, el banco puso una demanda contra el matrimonio. Ellos respondieron al escrito pidiendo que se aplazara el juicio, dada la proximidad de la sentencia del TJUE. Sin embargo, la jueza del caso señaló que, al ser un índice legal en España, no tenían que esperar a nada y les condenó a pagar las costas procesales.
Ahora, Lidia y su marido están a la espera de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, puesto que consideran que ya han pagado más que suficiente. ""En estos veinte años, hemos pagado 8.000 euros más de los 171.000 euros que nos prestaron, y aún nos reclaman otros 100.000. Es abusivo".
'Exilidada' por el IRPH
El IRPH también es el origen del problema de Paloma -otra afectada que prefiere preservar su nombre real-. Ella contrató una hipoteca en 2005, actuando sus padres como avalistas, ya que su empleo no era estable ni le proporcionaba unos ingresos elevados.
Para el préstamo, decidió acudir a la entidad bancaria que su familia había utilizado desde siempre. Paloma, que no se graduó de la E.S.O., confió plenamente en las labores de la empleada que la atendió. Nunca le hablaron del IRPH ni le explicaron nada de la hipoteca, sólo le comunicaron que se la habían concedido.
Cuando acudió a la sucursal para que le informaran sobre las cuotas, le comentaron que debería pagar 325 euros mensuales durante el primer semestre, y que a partir de ese plazo debería abonar un 2% más anual. "La empleada me dijo que eso eran unos 20€", explica Paloma.
Comenzó a pagar las cuotas, que fueron las acordadas durante los primeros seis meses. A partir de ahí, subieron de importe. Ella se dio cuenta de que cada vez pagaba más, mientras que la gente cercana pagaba menos debido a los descensos del euríbor. Acudió a su banco y fue entonces cuando le dijeron que su hipoteca tenía IRPH.
"Tuve que alquilar el piso e irme de la ciudad para encontrar un trabajo que me permitiera hacer frente a las cuotas", afirma Paloma. La opción de vender el inmueble no es real para ella, puesto que después de 11 años pagando, aún debía 70.000 euros de los 90.000 que les prestaron, y dice que nadie lo compraría a ese precio.
"Ese piso no vale 90.000 euros. Tiene 40 metros cuadrados. En una llamada, oí a la empleada decir a los tasadores que necesitaba que la tasaran en esa cantidad y así lo hicieron", comenta Paloma, que explica que los tasadores pertenecían al mismo grupo empresarial que la entidad bancaria.
Unos años después de trasladarse a Madrid, en 2010, el padre de Paloma falleció, dejándole en herencia un dinero que decidió invertir en solucionar su caso. Puso la demanda contra la entidad aquel mismo año. "Siento que se han aprovechado de mi falta de estudios", comenta Paloma, que ahora está pendiente de la sentencia del TJUE.
A la espera del TJUE
Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN (Asociación de Usuarios Financieros, a la que pertenecen los afectados arriba mencionados) explica que, después de mucho tiempo trabajando en el caso del Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios, ahora están a la espera de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.
Sobre el IRPH, Suárez explica que, con su desaparición en 2013, los bancos tuvieron tres modos de actuar. Algunas hipotecas pasaron de IRPH a Euríbor, usuarios que no suelen reclamar, como explica la presidenta de ASUFIN
Sin embargo, en algunos casos se pasaba de IRPH Cajas o IRPH Bancos a IRPH entidades, lo que resultó ser idéntico, según Suárez. El tercero de los casos es en el que quedaba como referencia el último valor publicado. "Las entidades subieron el IRPH desde 2012 para que fuera lo más elevado posible en 2013", reclama Suárez.
Ahora, con el asunto en manos del TJUE, Suárez espera que la sentencia sea a favor de los afectados, y que los préstamos no deban ser remunerados o que se les aplique el Euríbor desde el año de su contratación, puesto que un escenario distinto sería "trágico" y "desilusionante" para los afectados.
También los bancos están pendientes de conocer la decisión. En juego, según las cifras que han hecho públicas las entidades financieras, algo más de 16.000 millones de euros.