Telefónica ha vivido una de las semanas más agitadas que se recuerden y uno de los comienzos de curso con más foco mediático de la última década. En menos de siete días se conoció el adelanto del Consejo de Administración, un nuevo plan de bajas incentivas sobre un universo de 5.000 personas, y la monetización de 50.000 torres mediante acuerdos con otras operadoras y ventas de emplazamientos.
Unas acciones destinadas a recuperar la confianza de los mercados para mejorar el precio de la acción, objetivos que paradójicamente han comenzado a cumplirse al calor de las informaciones que se han ido conociendo en los últimos días.
La acción de Telefónica cerró el martes -el mismo día de la celebración del consejo y de la confirmación del nuevo plan de bajas- en 6,69 euros, esto es, una mejora del 0,39% en un día, pero un crecimiento del 12% respecto de los mínimos alcanzados el viernes 23 de agosto (5,94 euros), el peor dato de la operadora en Bolsa de su historia reciente.
De hecho, la cotización del martes es la mejor desde el viernes 2 de agosto y recupera todo lo perdido en agosto. Un espaldarazo para la compañía que convocó una comisión ejecutiva a mediados de mes, ante la preocupación por la caída de la cotización.
Reuniones con inversores
Es verdad que se está lejos de los niveles óptimos y de los 7,41 euros con los que comenzó el año, pero en el mercado se considera que es un avance y que, sobre todo, se han alejado los temores de una mayor caída. De hecho, muchos analistas prevén que en base a esta consolidación se pueden alcanzar cotas más altas.
Uno de los objetivos de la administración Pallete es recuperar la confianza de los inversores. Como ya adelantó EL ESPAÑOL, el equipo de relaciones con inversores que dirige Pablo Eguirón asistirá a un encuentro con los mercados organizado por la rama de banca de inversión de BBVA en Londres.
Se trata del tercer encuentro desde la vuelta de vacaciones. Telefónica está de road show y ya asistió de la mano de Barclays y Deutsche Bank a otras dos grandes citas con inversores en Londres la pasada semana, dentro de una serie de rondas que se prolongarán en octubre.
La debilidad en Bolsa provoca nerviosismo en la compañía. Pero en la dirección se considera que se trata de episodios que "entran dentro de la normalidad" de la vida de las empresas, y que se han magnificado.
Venta de emplazamientos
Con todo, el consejo de este martes tomó dos decisiones claves de cara a los mercados. La primera fue la presentación de un nuevo Plan de Suspensión Individual de Empleo (PSI) para el que la compañía provisionará 1.600 millones de euros y prevé ahorrar unos 225 millones de euros anuales desde su aplicación. Una señal de ahorro de costes en una empresa que lucha por reducir su deuda.
Por otro lado, Telefónica anunció que trabaja en monetizar sus torres, con acuerdos para compartirlas o eventuales ventas. En total, hablamos de unas 50.000 torres que podrían generar un OIBDA estimado de unos 360 millones de euros y que están fuera de Telxius, su filial de infraestructuras.
En un tercer guiño a los accionistas, la compañía descartó la recompra de acciones. En el mercado se habló de hasta el 2% de acciones propias (hasta el 3,5%) y la amortización de 1.200 millones de autocartera. Una operación ampliamente desaconsejada por todos los bancos de inversión que indicaron que se debía seguir privilegiando la reducción de la deuda por encima de operaciones de este tipo.
Y es que uno de logros del presidente José María Álvarez Pallete - y que más valoran los analistas- es la reducción de la deuda de más de 10.000 millones en los últimos cuatro años, hasta dejarla por debajo de los 40.000 millones de euros.